La Copal: otra isla-refugio en una tarde trágica
La cooperativa de Algemesí albergó a cerca de 150 personas la noche de la inundación
Vecinos de Cullera, Alginet o Benifaió que se vieron sorprendidos por el agua buscaron cobijo en la sede junto a un grupo de trabajadores y directivos que no pudieron salir

Barro que dejó la inundación en las instalaciones de la cooperativa de Algemesí. / Levante-EMV
Las instalaciones de la cooperativa de Algemesí (Copal) se convirtieron en la tarde-noche del martes 29 de octubre en refugio de algunos trabajadores y directivos a los que el desbordamiento del Magro sorprendió ultimando los trabajos del cierre de las líneas de producción, pero también de decenas de vecinos de diferentes localidades que circulaban por la zona y, al encontrarse con las carreteras cortadas, buscaron un punto más elevado en el que ponerse a salvo de la inundación. Cerca de 150 personas, según estimó el alcalde, José Javier Sanchis, pasaron la noche en el comedor de la Copal, habilitado como refugio, según explica el presidente de la entidad, Vicente Bomboí.
“Sé que había mucha gente, personas de Cullera, de Alginet, de Benifaió que al ver las puertas abiertas preguntaron si se podían refugiar allí y fueron entrando…, soy uno de los que, al día siguiente, cuando la riada bajó, pude pasar y busqué a la policía local para ver si podían llevarles comida”, relata Bomboí. El agua entró en las instalaciones de la Copal, pero sin llegar a dañar maquinaria.
El presidente de la cooperativa de Algemesí recuerda que, debido a las intensas precipitaciones de aquella trágica jornada -en Algemesí murieron tres personas en la inundación, según la cifra oficial de víctimas-, sobre las 16 horas ya se ordenó parar la producción en el almacén para que los trabajadores pudieran regresar a sus casas. “Un almacén tan grande como el nuestro no se puede parar de repente. Las mujeres se fueron a casa, pero algunos trabajadores se quedaron para introducir fruta en las cámaras o acabar de cargar algún camión. Pero vino todo antes de lo que pensábamos y estos trabajadores, personal administrativo y directivos no pudieron salir y se tuvieron que quedar en las instalaciones”, repasa Bomboí, mientras explica que otras muchas personas que huían de la inundación acabaron también refugiándose en la cooperativa.
“Se habilitó el comedor para que pasaran la noche y estuvieron casi todo el día siguiente hasta que, por la tarde, bajó el agua y pudieron salir cada uno hacia su destino”, relata, mientras detalla que, pese a las dificultades para cruzar, con un tractor del ayuntamiento se pudo llevar alimentos básicos a todas estas personsa.
“El río se salió por la parte alta de Algemesí, pero la cooperativa tiene un muro perimetral en las instalaciones que nos salvó, el agua entró por la puerta, pero no llegó a un nivel como para hacer daño”, repasa el presidente de la entidad agraria.
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