"Algunas plantas del vivero aparecieron a dos kilómetros"
La inundación echa a perder decenas de miles de plantones y el barro siembra dudas sobre la posibilidad de recuperar las que se conservan

Vivero arrasado en la partida els Tolls de Polinyà. / Levante-EMV
Pepe Moreno gestiona un vivero en la partida Els Tolls de Polinyà, a escasos 500 metros de la desembocadura del Magro en el Xúquer, que quedó parcialmente arrasado por la inundación del pasado 29 de octubre. El negocio está especializado en plantas ornamentales, entre ellas cipreses, y estima que alrededor de 150.000 plantas se han visto afectadas. «Algunas han aparecido a dos kilómetros de distancia», relata el propietario de la explotación, mientras señala que se encuentra ante la difícil tesitura de intentar recuperar algunas de ellas y destinar recursos humanos y económicos sin saber si podrá lograrlo o, en su caso, si se podrán comercializar.

Plantones de cipreses volcados por el agua. / Levante-EMV
Paco Moreno gestiona otro vivero en Polinyà que también se vio afectado por la inundación, en este caso, por el desbordamiento del Xúquer. Son primos, forman parte de la cuarta generación de una saga de viveristas, aunque en este caso trabaja con otro tipo de plantones. Produce árboles de diferentes variedades y plantas que vende a centros de jardinería y grandes superficies, sobre todo en Francia. La inundación alcanzó entre metro y metro y medio de altura en sus instalaciones. Se ha visto afectada casi íntegramente, con una superficie de 50.000 metros cuadrados y cerca de 60.000 árboles, además del centro logístico. La estimación de los daños entre la producción y las instalaciones se eleva a 800.000 euros. Afronta el mismo dilema. «Algunos se podrían recuperar, pero la mayoría... pues no lo sabemos. Afectados están, lo que no sabemos es qué grado. Hay asfixia radicular y hay que ver. Además, la afección es grande, está todo lleno de lodo y pierden su valor comercial», detalla.

Barro en las instalaciones de Horticultura Moreno. / Levante-EMV
Ambos tratan de reactivar sus respectivos negocios, aunque por las características de la actividad, son consciente de que hace falta tiempo. «No hay otra que ponerse en marcha rápidamente, reaccionar. Una clientela cuesta de hacer toda una vida, pero si no la puedes atender, se va a la competencia. Estamos intentando recuperar la capacidad de poder vender, pero no tenemos ni maquinaria ni vehículos para nada. Estamos trabajando continuamente para ver si en diciembre o como máximo en enero nos ponemos otra vez en planta», comenta Paco Moreno, propietario del vivero Horticultura Moreno.
Recuperar la inversión
Por su parte, el responsable de Viveros Moreno Plant explica que por la propia dinámica del negocio, entre el proceso de plantación y los cuidados que se ofrecen a cada ejemplar, hasta que se comercializa la producción, «y con lo que tarden en pagarte, necesitas catorce meses para recuperar el dinero. Es una rueda que las ventas de este año cubren los gastos del año que viene. Si se rompe esa rueda, costará un largo tiempo recuperarlos», comenta Pepe Moreno, que augura que no va a tener más remedio que reducir la plantilla para mantener la actividad en la superficie del vivero que se ha salvado de los efectos de la dana.
Si bien Paco Moreno sí recuerda que la pantanda de Tous provocó daños similares en las instalaciones, Pepe Moreno asegura que no había sufrido un episodio de inundaciones como éste. «Cada cinco o seis años suele haber algún incidente del que te recuperas en dos semanas, pero a esta escala no me había pasado nunca», comenta. En su caso, la proximidad a la desembocadura del Magro ha provocado que el agua desbordara con fuerza en este punto. Se han visto arrasadas unas tres hectáreas del vivero. «Tenía plantas ornamentales plantadas en superficie, el agua se llevó un 80 %», explica.
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