Alzira adjudica la sustitución de la pasarela de la Vila que lleva trece meses clausurada
El nuevo paso peatonal sobre las murallas árabes requerirá de una inversión de 93.000 euros y un mes de ejecución
La empresa seleccionada aportará una serie de mejoras al proyecto inicial
La larga espera está más cerca de su fin. El Ayuntamiento de Alzira ya ha adjudicado las obras para reponer la pasarela sobre las murallas árabes que comunica con la Vila casi catorce meses después de cerrarla a los peatones por deficiencias estructurales. De ese modo, concluirá un expediente plagado de imprevistos que ha retrasado la intervención mucho más de lo que cabría esperar.
El consistorio cerró el paso a la plaza de la Capella de la Sang a principios de octubre del pasado año tras detectar desperfectos en la pasarela de madera que comunica la avenida Luis Suñer con el Mercat de la Vila. Se optó por acordonar la zona de forma preventiva para estudiar la deteriorada estructura y, a continuación, determinar cuál era la mejor solución al problema. En un primer momento, no se descartaba que fuera irreparable, pues ya se había apuntalado en el pasado para garantizar su estabilidad.
Los técnicos determinaron que el daño era tal que se requería una sustitución completa. Antes de que acabase el año, el ayuntamiento ya había redactado un proyecto de obras que planteaba una intervención cuyo coste rondaría los noventa mil euros y se podría ejecutar en el plazo de un mes. Sin embargo, fue entonces cuando el expediente se dilató más de lo previsto, por primera vez. El consistorio no podía ejecutar la obra sin que el área patrimonial del Consell aprobase las obras, ya que la pasarela se encuentra sobre las murallas árabes, que a su vez forman parte del conjunto histórico de la Vila. Todo ello, declarado Bien de Interés Cultural, por lo que cualquier actuación debe cumplir unos requisitos que garanticen su protección. La validación no llegó hasta junio.
Licitación desierta
Cuando todo parecía encaminado a una resolución definitiva, se produjo un nuevo imprevisto. El proyecto de sustitución que el consistorio lanzó en concurso público no atrajo el interés de ninguna empresa por lo que, transcurrido el plazo máximo para presentar propuestas, quedó desierto. Ya fuera porque se presentó en pleno agosto, hecho que generó críticas entre la oposición, o porque la demora había dejado obsoleta la oferta propuesta, como especulaba el ejecutivo municipal, el resultado fue el mismo: se tuvo que preparar una nueva licitación. Finalmente, esta segunda ha encontrado una empresa que acepte el encargo, por un importe que supera por poco los 93.000 euros.
El concejal de Urbanismo, Andrés Gomis, lo ha explicado en los siguientes términos: «Era una obra prioritaria, por su ubicación en un elemento patrimonial y por la importancia que tiene para la movilidad de muchas personas. Pero el proceso ha costado más de lo que nos gustaría, primero por la necesidad de que el Consell validara el proyecto y después porque la primera licitación quedó desierta. Los trabajos se adjudicarán a una empresa que, además, aportará mejoras sobre el proyecto inicial. Esperamos que, en pocas semanas, la pasarela esté ya en buenas condiciones para abrirse.
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