El barro arruina la campaña de flores de Pascua al mayor productor de la Ribera

El vivero de Polinyà de Xúquer pierde 35.000 ejemplares de Poinsettia en la inundación

La inundación arruina la campaña del mayor productor de flores de Pascua de la Ribera

Perales Iborra

El mayor productor de flores de Pascua de la Ribera da por perdida la campaña de esta planta típica de la Navidad cuando ni siquiera había empezado. Las instalaciones de Viveros Laura ocupan alrededor de cuarenta hanegadas en el término de Polinyà del Xúquer, uno de los municipios de la Ribera Baixa que más sufrieron las inundaciones provocadas por la dana, donde tenía lista una producción de 35.000 unidades de Poinsettia. 

El encargado del vivero muestra el estado de una de las plantas y, tras él, decenas de ejemplares dañados.

El encargado del vivero muestra el estado de una de las plantas y, tras él, decenas de ejemplares dañados. / Perales Iborra

«Lo ha arrasado todo, la mitad ya las he tirado y las ha recogido el ayuntamiento, me falta la otra mitad, que están en el otro invernadero. La empresa está muerta. Tengo 70 años y esto ha sido mi ruina, pero sigo trabajando. El mayor gasto que voy a tener es en limpieza», resume el propietario, Matías Arenas, que estima en más de 100.000 euros las pérdidas solo en flores de Pascua. No son los únicos daños. «Aquí tenemos barro para cuatro o cinco meses. Dentro de un invernadero no pueden entrar las máquinas y tenemos que quitar el barro con las manos», apostilla.

Las flores de Pascua son solo una parte de la producción de este vivero. También ha perdido la cosecha de ciclamen, otra planta de temporada que tiene su mercado cuando empieza a florecer en septiembre, y otros arbustos. «A un kilómetro de aquí podía recuperar macetas», incide Arenas, que cifra en 300.000 euros los daños sufridos ya que, además de la producción propia del vivero, agrega, «el problema está en la maquinaria, en las bombas de riego, los motores de ventilación, el grupo electrógeno…. Han venido a arreglar las bombas y van a saco, a sesenta euros la hora», lamenta.

La retirada del barro acumulado en el vivero se realiza a mano.

La retirada del barro acumulado en el vivero se realiza a mano. / Perales Iborra

«No se hacen infraestructuras»

Matías Arenas señala que llegó a Polinyà en el año 1990 y que, si bien había visto algunas inundaciones, «nunca a este nivel». «Todo es producto de no tener las infraestructuras en condiciones, está todo dejado de la mano de Dios y no se hacen otras nuevas. Yo no veo este episodio como algo tan extraordinario, he visto la negligencia de la clase política, pero también veo que no se han hecho infraestructuras para evitarlo. Yo estoy trabajando para volver a poner el vivero en marcha porque, lamentablemente, es un negocio que hoy no tiene venta, aunque yo lo que necesito es vivir y vivir tranquilo, porque ¿quién me asegura que el año que viene no vuelve a pasar algo así?».

«Tenemos lodo para 4 o 5 meses, aquí no puede entrar una máquina y lo tenemos que quitar a mano»

La extraordinaria crecida del Magro provocó el desbordamiento del Xúquer en la Ribera Baixa y la rotura de la mota de protección que discurre junto al cauce entre Polinyà y Riola. Ambos pueblos sufrieron la inundación, además de las áreas rurales de la mayoría de localidades. «Gracias a que el mar estaba en calma porque si no llega a tragar toda el agua que le llegaba no sabemos la que se hubiera liado aqui», comenta este damnificado por la dana. 

Tracking Pixel Contents