Sin belenes por Navidad: Uno de los belenistas más importantes pierde su negocio en Algemesí

Los belenistas Silvia García y José Forner iban a abrir, como cada año por estas fechas, su local en Algemesí el pasado 1 de noviembre. Sin embargo, el desbordamiento del río Magro comportó que, en esta ocasión, los amantes de la Navidad no puedan acercarse a El Pesebre para adquirir las miniaturas del Belén o la decoración del árbol que plantarán en su casa el próximo mes de diciembre. 

Un mes después de la trágica dana, el local se encuentra completamente vacío, ya que los propietarios tuvieron que retirar todo el material ubicado en el interior de este establecimiento en la calle Muntanya, ya que estaba lleno de barro y de agua. Las inundaciones alcanzaron el metro y medio de altura en esta vía, por lo que, en palabras de los propietarios, «todo ha quedado inservible». 

El Pesebre es una de las tres tiendas especializadas en belenes que se encuentran en la provincia de Valencia. Los bisabuelos de José Forner ya moldeaban piezas con barro. Forner forma parte de la tercera generación de belenistas de esta familia, por lo que lleva en la sangre esta tradición, que ha transmitido a su esposa Silvia y que, lamentablemente, se llevó el barro el pasado 29 de octubre. 

La pareja había estado preparando el local con mucho cariño durante los últimos meses para recibir a clientes de distintos puntos de España, que se han convertido, en algunas ocasiones, en parte de su familia. «Lo teníamos todo preparado, pero no vamos a poder abrir. La dana se ha llevado nuestro trabajo e ilusiones», explica la pareja, que reconoce que «será un año muy duro». Sin embargo, y en medio de la tragedia, agradecen el trabajo realizado por voluntarios anónimo y cuerpos y fuerzas de seguridad que desde el primer momento estuvieron a su lado retirando todos los objetos inservibles. 

Reconocen que, en este caso, esperaban una gran cantidad de pedidos, tanto a nivel presencial como a través de su página web. «No se ha salvado nada. Hemos tenido que tirar las estanterías, los escaparates, las miles de figuritas que había», explica la pareja, que se encontraba en el local cuando se produjo la inundación. «Estábamos arreglando el escaparate y se puso a llover. De repente, paró y le dije a José que ya podíamos estar tranquilos porque parecía que había parado», recuerda todavía con la voz temblorosa Silvia. Sin embargo, estaba equivocada. «Me asomé a la calle y vi que el río iba por la vía. Empezamos a subir algunas cosas del suelo a las vitrinas, pero veía que era imposible», recuerda la propietaria. «Le pedí que nos fuéramos porque el cristal iba a reventar», indica. La pareja se refugió en la primera planta del garaje, pero al ver que el agua no dejaba de crecer decidieron refugiarse en casa de unos vecinos del edificio. «Teníamos miedo por si llegaba el agua y no podíamos escapar. Allí arriba escuchamos el ruido del cristal que acababa de reventar», explica Silvia. Tras ver la situación, decidieron ponerse a salvo. «Intentamos no mirar atrás y nos metimos en el edificio tras salir del garaje», afirma. 

Algemesí, un infierno desolador

Campaña 2025

A pesar de este duro golpe, Silvia y José trabajan para poder reabrir el próximo 2025. «Es un negocio de ilusión porque hay mucho trabajo detrás. Esto te tiene que gustar» reivindica José, quien recalca que, en sus palabras, «la ilusión la tengo, pero ahora tenemos que ver si podemos remontar, puesto que es un negocio complicado. Este año no vamos a obtener ningún beneficio». Sin embargo, esta pareja no ha pensado en ningún momento en tirar la toalla. «Pensábamos que podríamos recuperar algo, pero ha sido imposible. Es una pena porque es el negocio de toda una vida», lamentan. A pesar de ello recalcan que «no será el río el que cierre la tienda. Si la cerramos, queremos hacerlo nosotros cuando nos jubilemos».