Guadassuar suma más de 300 casas inhabitables por humedad y frío

El ayuntamiento tramita más de 500 solicitudes para optar a las ayudas

"Sólo hay que pasear por las calles para ver de la trágica situación", lamenta el alcalde

Una de las calles de Guadassuar con un contenedor de trastos.

Una de las calles de Guadassuar con un contenedor de trastos. / Agustí Perales Iborra

Saray Fajardo

Saray Fajardo

El Ayuntamiento de Guadassuar calcula que cerca de mil viviendas han sufrido las consecuencias de la trágica dana del pasado 29 de octubre. De ellas, el consistorio estima que un mes y medio después del desbordamiento del río Magro todavía son inhabitables cerca de 300 casas. «Las calles de Guadassuar están vacías. Hay más de 150 casas en las que no se puede vivir y otras 150 en las que los propietarios siguen viviendo, pero en muy malas condiciones, ya que no tienen otra alternativa habitacional», lamenta el alcalde de la localidad, Vicent Estruch. 

El municipio ha recuperado prácticamente la imagen previa a aquella trágica jornada. Todas las calles están totalmente limpias, aunque todavía hay algunos contenedores con trastos en algunas de ellas, pero ahora el drama se encuentra en el interior de las viviendas. Muchas familias siguen sin poder ocupararlas cincuenta días después de la catástrofe. Durante este tiempo, el consistorio ha recibido más de 500 solicitudes para tramitar las ayudas autonómicas y estatales. «La gente está intentando buscarse la vida como puede, pero no está siendo fácil. Sólo hay que pasear por algunas calles para ver la trágica situación que estamos viviendo», lamenta el primer edil. Él mismo lo hace cada día para ver cómo avanzan las labores en este municipio de cerca de 5.000 habitantes, que fue duramente golpeada por la dana. 

Aunque muchos de los afectados se han realojado en casas de familiares o allegados, la situación es muy dramática para cerca de 150 familias de Guadassuar. «Malviven como pueden porque no están llegando las ayudas. No tienen otra alternativa para poder vivir, ya que, en algunos casos, son personas mayores que no pueden desplazarse a viviendas que les puedan ofrecer en otros municipios», explica Estruch, quien reclama mayor celeridad para que sus vecinos y vecinas puedan recuperar su vida. 

Estruch comprende que la situación es delicada, ya que hay muchos municipios y personas afectadas por la situación, pero denuncia que «la situación no se puede demorar más». 

«Aquí no se puede vivir»

Tania Giménez, una de las vecinas de Guadassuar afectada por las inundaciones, ha tenido que desplazarse junto a su madre y su hermana a la vivienda de su padre situada en este mismo municipio. «Por suerte, él vive en un edificio, por lo que su vivienda no se ha visto afectada», agradece. Sin embargo, su madre no ha tenido la misma suerte. «Vivíamos en una planta baja, por lo que el agua y el barro se lo han llevado todo. No tenemos electrodomésticos, cama ni ropa que ponernos. No se salvó nada», explica la afectada. En su caso, el agua superó el metro y medio de altura. Desde el primer momento, y tras varios días de limpieza, esta familia decidió desplazarse a otro espacio, ya que, como indica la propia daminifcada, «en la vivienda no se puede vivir porque hace olor, hay mucha humedad y las paredes están empezando a descorcharse. Es inhumano y no encontramos ninguna solución. Parece que va para largo». 

Como el propio alcalde, esta afectada también lamenta el retraso en las ayudas después de un mes y medio. «Las hemos pedido todas, pero no hemos recibido ninguna», denuncia. Ante esta situación, Giménez agradece la solidaridad ciudadana y del consistorio, que les ha proporcionado ropa, mantas y comida, entre otros enseres. «Si no fuera por ellos, estaríamos en una situación peor», reitera. No obstante, recuerda que «son las administraciones las que deben actuar ya ante la magnitud de esta catástrofe». 

Sin embargo, recalca que esta solución es temporal, ya que necesitan regresar a su vivienda y poder recuperar «un poco la normalidad».

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