La vicepresidenta y diputada de Igualdad exige la destitución del concejal denunciado por acoso en Alzira

La portavoz de Ens Uneix reclama al gobierno que se pronuncie tras los hechos: «No se puede mirar hacia otro lado»

Al centro, la vicepresidenta Natàlia Enguix y la concejal Mar Chordá.

Al centro, la vicepresidenta Natàlia Enguix y la concejal Mar Chordá. / Levante-EMV

Saray Fajardo

Saray Fajardo

La vicepresidenta de la Diputación de Valencia, diputada de Igualdad, portavoz de Ens Uneix y coordinadora de la Unión Municipalista en la provincia, Natàlia Enguix, ha solicitado al alcalde de Alzira, Alfons Domínguez, la destitución de Enrique Montalvá (UCIN) como miembro del equipo de gobierno tras ser denunciado por la concejal de su propio partido, Mar Chordá, por un presunto caso de acoso. 

En declaraciones a Levante-EMV, Enguix no sólo ha mostrado su apoyo a Chordá, sino que ha condenado «sin paliativos» los hechos y las actitudes, en sus palabras, machistas y violentas del concejal hacia Chordá, que «ha tenido que coger la baja laboral como consecuencia de los ataques que ha sufrido». La vicepresidenta lamenta que estas ofensas se han producido «por el hecho de ser mujer». 

Un sector de UCIN, formado por el asesor destituido de Alzira, Antonio Pelayo, y la propia Chordá, ya solicitaron el respaldo de la Unión Municipalista ante la crisis del gobierno de Alzira. Pelayo ya comentó con representantes de Ens Uneix la situación en la ejecutiva local. Por su parte, miembros del gobierno han llegado a afirmar que el asesor destituido les ofreció la alcaldía de Alzira en base a diferentes equilibrios entre las fuerzas políticas municipales tras supuestamente haber negociado el respaldo de Ens Uneix, que ejercería su capacidad de presión en la Diputación para materializar un acuerdo que derrocara al actual alcalde. No obstante, Ens Uneix negaba cualquier relación con esta oferta, que también negó Pelayo.

"Comportamiento inadmisible"

Tras esta crisis política, la diputada de Igualdad ha decidido pronunciarse para condenar, en sus palabras, «el comportamiento inadmisible del Gobierno de Alzira y especialmente de su alcalde». En palabras de Enguix, Domínguez «antepone el pacto de gobierno a la defensa de una concejala». «A Compromís se le llena la boca con la igualdad y el feminismo, pero a la hora de la verdad prefieren callar», afirma.

La vicepresidenta se reunió con Chordá hace unos días. Durante el encuentro, según detalla la portavoz de Ens Uneix, la concejala le explicó el presunto caso de acoso e, incluso, le facilitó nuevos detalles como el hecho de que «Montalvá hablara sobre el escote o la falda que llevaba, le quitara la palabra durante las comisiones informativas municipales, le prohibiera ir a actos, la insultara o realizara comentarios sexistas cuando no estaba de acuerdo con sus opiniones». «Todo esto está definido claramente como acoso laboral por razón de sexo», añadía. 

La coordinadora de la Unión Municipalista ha detallado que, según le ha relatado Chordá, «no es la primera vez que Montalvà se comporta así». En este sentido, Enguix denuncia que «antes de Mar presuntamente ha habido al menos dos mujeres más, una de las cuales todavía está de baja laboral». A ellas se suma, según relata, «otro asesor del mismo partido que también ha sido expulsado por defenderlas».

La responsable del área de Igualdad reitera que «una persona que actúa de esta forma contra las mujeres por el simple hecho de serlo no puede estar ni un minuto más formando parte de una corporación municipal». Enguix también hace alusión a Compromís y PSPV-PSOE: «No se puede estar dando lecciones y, ante unos hechos tan graves, mirar hacia otro lado porque de ese concejal depende el gobierno». Enguix va un paso más allá y pide a la corporación que se pronuncie: «El Ayuntamiento aún no ha tomado parte y se ha limitado a trasladar los hechos a la Fiscalía sin aplicar el protocolo de acoso alegando que no está previsto para cargos públicos». La propia Chordá presentará una moción en el pleno para pedir que los protocolos del ayuntamiento ante casos de acoso incluyan también a los cargos electos. 

«Pedimos que el alcalde se manifieste sobre los hechos ocurridos. Si le parecen mal, que los condene públicamente. Si no lo hace, demostrará que los derechos de las mujeres y su libertad le dan igual», concluye.

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