Una docena de pueblos de la Ribera sigue sin un plan de riesgos sísmicos homologado
La mayoría de ayuntamientos espera la respuesta de la Generalitat tras completar el trámite local de aprobación
Dos nuevos seísmos en Sumacàrcer y Antella ponen el foco en la gestión de estos fenómenos
Dos nuevos seísmos de 2,6 y 1,9 grados de magnitud en la escala Richter, con epicentro en Sumacàrcer y Antella, han puesto el foco en la gestión de los municipios ante estos fenómenos naturales. Doce pueblos de la Ribera han aprobado su Plan de Actuación Municipal ante el Riesgo Sísmico (PAM SI) desde el año pasado, aunque once de ellos todavía esperan la respuesta de la Generalitat Valenciana para su homologación oficial. El resto de pueblos de estas comarcas cuentan con este documento en vigor. Todos los pueblos de las dos comarcas tienen la obligación de contar con este plan al formar parte del mapa de peligrosidad que consta en el Plan Especial de Riesgo Sísmico.
Según la última actualización del Centro de Coordinación de Emergencias, fechada en abril de 2024, Carcaixent, Cotes, Alginet, Manuel, Real, la Pobla Llarga, Montserrat, Sollana y Benimodo habían elaborado sus correspondientes planes, a la espera de su aprobación en el pleno municipal. Turís todavía estaba en proceso de elaboración, mientras que en Albalat y Catadau no había constancia de ningún plan. Actualmente, todos estos pueblos ya han aprobado en el pleno el PAM SI, incluido la Pobla Llarga, que ya lo tiene homologado, y a excepción de Catadau, donde ya está redactado pero falta ultimar unos detalles para su aprobación municipal.
A pesar de que se hayan aprobado en el ámbito municipal estos planes, el último paso para que entren en vigor es la homologación por la Generalitat. Fuentes de la Societat Valenciana de Gestió Integral dels Serveis d’Emergències explican que este mes está prevista la siguiente comisión de Protección Civil desde abril de 2024, con la que se podrán homologar los planes que falten.
Por su parte, Luis Cabañas, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional, destaca la importancia del PAM SI «en la respuesta posterremoto y en la anticipación». «No podemos evitar ni predecir los terremotos, pero sí podemos evitar daños si urbanizamos y construimos mejor, si tenemos en cuenta si las casas son habitables después de un movimiento sísmico, si obligamos a que se aplique la norma sismorresistente, si facilitamos espacios y medios para evacuar si fuera necesario...», expone.
El año pasado se registraron 19 movimientos sísmicos superiores a 1,5 grados de magnitud en la escala Richter, en la Ribera. Los últimos de 2024 fueron la mañana del 26 de diciembre, en la que se dieron cuatro seísmos en hora y media, dos de ellos con epicentro en Sumacàrcer, lo que llevó al Centro de Emergencias a activar la alerta sísmica. En las últimas semanas, la zona de mayor actividad sísmica se ha localizado en el litoral costero de Cullera con siete seísmos; le siguen los municipios de Sumacàrcer con cuatro seísmos; Gavarda y Antella, con dos cada uno; y con un seísmo Sollana, Alginet, Beneixida y la Pobla Llarga.
La opinión de los expertos
Este martes el noreste de Sumacàrcer sufrió un movimiento de 2,6 grados de magnitud en la escala Richter a las 20:55. El segundo seísmo tuvo lugar 44 minutos después, a las 21:39 al norte de Antella, con una magnitud de 1,9 grados. En los últimos 30 días, esta zona al sur de la presa de Tous ha sufrido siete movimientos.
David Pons, alcalde de Sumacàrcer, comenta que al tratarse de movimientos de baja intensidad, «no hay mucha alarma social», la población está tranquila y «ni siquiera nos llegó la notificación del Centro de Emergencias». «Informamos al pueblo y les dimos unos consejos en caso de un terremoto de intensidad mayor que pudiera suponer un peligro, pero sin ánimo de alarmar. Es importante que la gente tenga las nociones básicas frente a un caso así», detalla. «Hace dos años aprobamos el plan contra riesgos sísmicos y lo tenemos siempre sobre la mesa para activar los protocolos necesarios», recuerda.
Luis Cabañas explica que estos movimientos «no son motivo de preocupación al ser de una intensidad muy baja, apenas sentidos por la población». El sismólogo afirma que esta serie de pequeños movimientos que ha experimentado la zona son «pequeñas roturas porque existe una acumulación de tensión que la rotura trata de liberar». Sostiene que, en un principio, no suponen un peligro para la presa siempre que no superen una magnitud del 5 o del 6, en cuyo caso «probablemente las casas lo notarían antes que la presa».
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