El colegio reubicado en Alginet tras la dana comparte patio con un bar

Las familias reclaman más seguridad y barajan movilizaciones para que se rehabilite el centro

El consistorio vallará esta semana el espacio

Espacio en el parque de l'Hort de Feliu.

Espacio en el parque de l'Hort de Feliu. / Levante-EMV

Saray Fajardo

Saray Fajardo

Uno de los once tornados que recorrieron varias localidades de la Ribera el pasado 29 de octubre destrozó el CEIP Blasco Ibáñez de Alginet. A la espera de una decisión sobre el futuro del centro por parte de la Conselleria de Educación, el Ayuntamiento decidió reubicar al alumnado en distintas instalaciones municipales, entre las que se encuentra un edificio situado en el parque de l’Hort de Feliu. 

Esta semana, uno de los bares ubicados en esta zona ha vuelto a abrir sus puertas tras un proceso de licitación que se inició, como ha explicado el ayuntamiento, antes del paso de la dana. Tras esta reapertura, la Asociación de Familias de Alumnos del CEIP Blasco Ibáñez ha emitido un comunicado ante «la preocupación» que ha supuesto esta inauguración que comporta «que los usuarios compartan un espacio no delimitado con nuestros hijos durante las horas del patio». 

Según ha podido saber este diario, la situación se ha agravado tras un incidente ocurrido estos días, en el que un vecino con problemas de salud mental increpó a los menores. «Ya nos preocupaba la situación y ahora todavía más tras este incidente que hace patente el problema de seguridad debido a la falta de separación de ambos espacios», indican en el comunicado, en el que señalan que «estamos decididos a emprender acciones y empezar movilizaciones para apoyar la recuperación del edificio y volver a nuestro centro». 

Estado del CEIP Blasco Ibáñez tras el paso del tornado.

Estado del CEIP Blasco Ibáñez tras el paso del tornado. / Agustí Perales Iborra

Algunos padres denuncian también el robo de chaquetas a los menores durante su estancia en el patio. «El espacio de juego del que disponen es vulnerable al paso de cualquier persona que quiera entrar al bar a consumir», lamentan los afectados, quienes explican que sólo les separa un cordón policial, lo que «pone en peligro a los niños y niñas».  

Tras varias reuniones con el Consell Escolar y el propio ayuntamiento, el consistorio ha intentado tranquilizar a las familias y proporcionar soluciones para revertir la situación. A lo largo de esta semana, según ha explicado la alcaldesa de la localidad Elia Ferrer, se instalarán vallas en la zona para proteger a los menores. «Fue fallo nuestro no delimitar la zona porque pensábamos que no iba a pasar nada», reconoce la primera edil, quien entiende «la situación y el enfado de estas familias». «Vamos a hacernos cargo del vallado, que estará instalado antes del lunes, ya que es una zona con mucha actividad», incide Ferrer, que recalca que «no ha sido fácil reubicar a todos los alumnos». 

La alcaldesa recuerda que la situación actual del centro no es competencia del consistorio, sino de la Conselleria de Educación, que hace unas semanas les comunicó que, debido al estado del colegio, se instalarán barracones para concentrar a los menores de este centro afectado por la dana. «Hasta que estén los barracones, tienen que estar aquí, pero nos han dicho que antes de las vacaciones de Semana Santa ya los tendremos», afirma. Respecto al futuro del centro, Ferrer explica que Educación no les ha comunicado si debe ser derruido o se podrá regresar a las aulas una vez se arreglen los desperfectos. «Sabemos que es una situación complicada y va para largo, por lo que tenemos que tener paciencia», concluye.

Tracking Pixel Contents