Los expertos constatan un aumento de la actividad sísmica en la Ribera en los últimos cinco años
El IGN detecta 17 terremotos en la comarca en apenas un mes, lo que representa la segunda serie más larga desde 2021
Se concentran entre Sumacàrcer, Gavarda y Antella
No ven el fenómeno preocupante

Vistas del casco urbano y parte del término municipal de Sumacàrcer. / Vicent M. Pastor
Los investigadores del Instituto Geográfico Nacional (IGN) han detectado un aumento de la actividad sísmica en la Ribera desde 2020. Sin ir más lejos, en menos de un mes, entre diciembre y enero, la comarca ha registrado hasta 17 terremotos, lo que representa la segunda serie más larga desde 2021. Se trata de pequeños movimientos, la mayoría de ellos casi imperceptibles, de magnitudes menores a 3 grados en la escala de Richter y muy baja intensidad. Los sismólogos del IGN llaman a la tranquilidad ya que esta serie de terremotos, explican, «entra dentro de la sismicidad que se registra habitualmente en esta zona».
Desde hace casi cinco años, la zona norte de la presa de Tous ha sido el epicentro de varios movimientos sísmicos de baja intensidad. Luis Cabañas, sismólogo del IGN, explica que estos seísmos «no son motivo de preocupación al ser de una intensidad muy baja, apenas sentidos por la población». Afirma que esta serie de pequeños terremotos que ha experimentado la zona son «pequeñas roturas porque existe una acumulación de tensión que la rotura trata de liberar». Sostiene que, en un principio, no suponen un peligro para la presa siempre que no superen una magnitud del 5 o del 6, en cuyo caso «probablemente las casas lo notarían antes que la presa».
Ya en 2020 se registraron unos 26 terremotos durante todo el año, en un radio de 30 kilómetros alrededor del embalse de Tous. El año 2021 cerró con 51 movimientos sísmicos y el 2022, con 24 seísmos. Todos estos con magnitudes máximas de 3,4 grados y con epicentro al noroeste del embalse. Tras un 2023 más tranquilo, en 2024 el epicentro de los terremotos se desplazó más al sur. Durante ese año, se registraron 23 movimientos sísmicos, 6 de ellos entre septiembre y octubre, esta vez al suroeste de Sumacàrcer y noroeste de Antella.
Seísmos por series
Respecto a otras series de terremotos más concentrados en el tiempo y el espacio, en agosto de 2020 hubo 8 terremotos al noroeste de Tous. La serie más larga tuvo lugar en mayo de 2021, con 18 terremotos entre mayo y junio, todos en la misma zona.

Zona de actividad sísmica entre diciembre de 2024 y enero de 2025. / IGN
La última serie comenzó el 23 de diciembre de 2024 con un terremoto imperceptible para la población de magnitud 1,4 grados en la escala de Richter, al noroeste de Sumacàrcer. Tres días después hubo hasta 4 terremotos más entre Sumacàrcer y Gavarda, dos de ellos de magnitud 2,9 grados, que se sintieron en Sumacàrcer, Alberic, Alcàntera del Xúquer, Carlet, Manuel, Torre Lloris (Xàtiva), Tous o Vallada, entre otros municipios. De hecho, el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat llegó a activar la situación 0 del Plan Especial frente al Riesgo Sísmico, aunque no recibieron ninguna llamada de emergencia desde ninguna de las zonas afectadas, donde algunos habitantes solo percibieron la leve oscilación de algunos objetos en las casas.
Entre el 28 y el 30 de diciembre se sucedieron 4 movimientos sísmicos en Antella, con una magnitud máxima de 2,1 grados. Por último, los 13 primeros días de 2025 concentraron hasta 8 terremotos de magnitudes entre 1,2 y 2,6 grados, imperceptibles, en la misma zona, a excepción de uno en Benimuslem (también en la Ribera Alta), el 11 de enero, de 1,6 grados. Ninguno de estos últimos terremotos superó una intensidad del III, por lo que fueron prácticamente imperceptibles.
Terremotos imperceptibles
Cabe diferenciar la magnitud de la intensidad: mientras la primera se basa en instrumentos de medición sísmica y determina el tamaño de la rotura, la segunda refleja el impacto en la superficie terrestre provocado por el seísmo, es decir, sus efectos. Lucía Lozano, también sismóloga del IGN, expone: «No es algo muy excepcional en la zona, seguramente ha habido series más largas hace muchos años, pero son terremotos tan pequeños que no figuran en el registro histórico porque no había instrumentos para medirlos. La información más fiable data de a partir de los años ochenta del siglo pasado».
Tanto ella como Cabañas recuerdan los terremotos históricos que azotaron la zona hace siglos, como el de Montesa de 1748 que, a pesar del nombre, tuvo su epicentro en Estubeny. Con una intensidad máxima del IX y varias réplicas entre marzo y abril, los expertos lo definieron como el más destructivo de la historia porque destruyó el castillo de Montesa y varios edificios en Enguera, Estubeny, Sellent y otros pueblos. Fue sentido en más de noventa municipios, entre ellos Càrcer, Cotes, Beneixida, Alcàntera del Xúquer o Alzira, y provocó un total de 38 muertes.
Subrayan también el de Tavernes de la Valldigna de 1396, que dejó 200 casas hundidas en la localidad de la Safor con una intensidad entre VIII y IX; o el de Xàtiva de 1514, de intensidad máxima entre V y VI. Asimismo, destacan otros seísmos como el de Carlet de 1872, con una intensidad VII, al que siguieron dos réplicas de IV y otra de V unos años más tarde. Es el más antiguo del que se tiene constancia con epicentro en la Ribera. El 14 de abril de 1883 se registró otro de la misma escala en Castelló, año en el que la localidad padeció una serie de hasta 6 seísmos en unos pocos meses, de una intensidad máxima de VI. Han sido muchos los seísmos registrados en la comarca desde que se tiene constancia. «Cada terremoto es una lección aprendida», concluye Cabañas.
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