El pleito del topónimo de Castelló ve el final del túnel cuatro años después

El tribunal se reúne este jueves para deliberar y resolver los tres contenciosos contra la forma exclusiva en valenciano de la antigua Villanueva de Castellón

Cartel a la entrada del pueblo con el topónimo actualizado en una imagen de archivo.

Cartel a la entrada del pueblo con el topónimo actualizado en una imagen de archivo. / Perales Iborra

El largo litigio contra el topónimo Castelló como forma exclusiva en valenciano de la antigua Villanueva de Castellón, en vigor desde el 16 de octubre de 2020, para bien o para mal, ya ve la luz al final del túnel. La sección cuarta de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana ha señalado para este jueves, 30 de enero, la fecha de deliberación y fallo para resolver los tres recursos acumulados en un mismo procedimiento contra la resolución del Consell que aprobaba la nueva denominación para esta localidad de la Ribera. La sentencia se demorarará todavía algunos días o incluso semanas, pero permitirá conocer si el TSJ refrenda el acuerdo del Consell y mantiene el nombre actual o restablece la forma en castellano después de 4 años y algunos meses.

El azar ha hecho coincidir en un corto espacio de tiempo la fecha señalada por el tribunal para la deliberación y resolución de este largo litigio con el nuevo cambio de denominación de Castelló de la Plana, para incoporar la forma bilingüe que también incluya el nombre en castellano, en vigor desde la semana pasada. Se da la circunstancia de que el Ayuntamiento de Castelló de la Plana impulsó uno de los recursos contra el topónimo Castelló al considerar que esta forma podría ser motivo de confusión.

Los otros dos recursos fueron presentados por la Federación Coordinadora d’Entitats Culturals del Regne de Valencia, sobre la que se proyecta la sombra del abogado Juan García Sentandreu, que asesoró al colectivo de vecinos que en los año noventa logró tumbar la forma Castelló de la Ribera, y un tercero suscirto por tres vecinos, algunos de ellos vinculados al PP local.

Todas las partes han presentado ya sus escritos de conclusiones después de que el TSJ haya declinado tomar declaración a los testigos propuestos, en este caso por el abogado del ayuntamiento, y diera por aportados los diferentes informes presentados a lo largo del proceso sin necesidad de que comparecieran los autores para refrendarlos.

El Consell aprobó en septiembre de 2020 el nuevo topónimo de Castelló a petición del ayuntamiento, en un proceso de absoluta normalidad después de las tensiones vividas allá por el año 1994 con la aprobación de la forma Castelló de la Ribera, que también acabó en el juzgado. En aquel momento, el allanamiento de la Generalitat en el pleito tras la entrada en el PP propició que se volviera a la forma en castellano. En esta ocasión, el ayuntamiento impulsó el expediente tras constatar que la actualización del topónimo por parte del Ayuntamiento de Castelló de la Plana no renunciaba «al apellido», por lo que los informes recabados en el ministerio concluyeron que no existía otro pueblo en España con la denominación Castelló. No obstante, tras la entrada en vigor del topónimo el 16 de octubre del año 2020, se presentaron tres contenciosos contra la resolución del Consell que, tras este largo período, están a punto de resolverse

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