El IES de Albalat clama por la falta de docentes para alumnado con necesidades especiales

El centro tiene un profesor y medio de pedagogía terapéutica cuando necesita tres

El instituto está a la espera de varios paneles interactivos, un nuevo conserje y la reapertura de la cafetería

IES Sucro de Albalat.

IES Sucro de Albalat. / Levante-EMV

El Instituto de Educación Secundaria Sucro de Albalat de la Ribera reclama más profesores de pedagogía terapéutica (PT) y educación especial. Desde su inauguración en 2007, el centro ha aumentado el número de matrículas, pero afirma que esto no se ha traducido en un aumento de docentes que atiendan las necesidades especiales del estudiantado. Además, la dirección y el AMPA del IES también reclaman a la Conselleria de Educación que envíe unos paneles interactivos que llevan esperando casi tres años, que incorpore un nuevo conserje y que licite el servicio de cafetería, suspendido desde mediados del curso pasado.

Al IES Sucro acude cada día un total de 570 alumnos, repartidos en 27 grupos entre la ESO y Bachillerato. «La falta de profesores es el problema más grave que tenemos», sostiene Christian Lausuch, director del centro. «Tenemos alumnos con un Trastorno del Espectro Autista (TEA) grave que necesitan a una persona detrás las 30 horas de la semana. Para atenderlos, estamos quitando horas con especialistas a niños que no tienen tantas necesidades, pero que tampoco debemos desatender. No puede ser que para garantizar el derecho de unos se lo tengamos que quitar a otros», denuncia Lausuch.

Necesitan tres docentes de PT y un educador especial

Actualmente, el centro cuenta con «un profesor y medio» de pedagogía terapéutica, es decir, un docente a jornada completa y otro a media jornada, algo «insuficiente» para la dirección. A este instituto vienen alumnos de cinco pueblos (Albalat, Llaurí, Corbera, Polinyà del Xúquer y Benicull). En cada uno de estos pueblos hay un colegio de primaria con, como mínimo, un especialista de pedagogía terapéutica. «En cambio, cuando vienen aquí, que somos casi 600 alumnos, solo hay un profesor y medio de PT para atenderlos a todos. ¿Qué pasa, que cuando vienen aquí ya no tienen necesidades especiales?», cuestiona Lausuch. Contabiliza que necesitarían «como mínimo tres docentes de PT y uno de educación especial».

Este curso, se han matriculado veinte alumnos más fuera del periodo de matrícula (hasta la semana pasada recibieron nuevas incorporaciones), «alumnos que vienen con necesidades educativas, por lo que necesitamos refuerzos», en palabras del director. Lausuch afirma que han solicitado estos recursos tanto a la Dirección General de Innovación e Inclusión Educativa como a la Inspección Educativa, «pero una remite a otra y van pasando las semanas y aquí no llega nada», detalla.

«Hasta este curso nos apañábamos con la plaza y media de PT que tenemos, pero el número de matrículas aumenta y la carencia de profesorado se convierte en un problema crónico. Los recursos son los mismos que cuando teníamos 450 alumnos y ahora somos 570», explica Lausuch. «Además, cada vez la salud mental de los adolescentes necesita más atención y aquí no tenemos suficientes recursos», añade. «Esto afecta a la calidad de trabajo del profesorado y a la dinámica de la clase. Es un desastre porque va aumentando el número de grupos que no teníamos previstos desde el principio y si no llegan recursos se rompe la calidad educativa», manifiesta.

Tres años esperando paneles interactivos

El 4 de marzo de 2022, el IES Sucro recibió una carta de la Dirección General de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en la que se les informaba de que recibirían unos paneles interactivos de 62 pulgadas para las clases. Esta dotación formaba parte del programa de transformación de espacios en las aulas digitales interactivas y el instituto habilitó las clases con nuevos enchufes, pero casi tres años después, no han recibido el material.

«Se ve que hay centros de primera y de segunda porque hay algunos institutos de la comarca cuyo alumnado ya utiliza este material desde hace año y medio. Nosotros nos gastamos un dinero en adecuar las clases para instalar los paneles, pero no han venido. Si se envían paneles, que sea para todos», argumenta Lausuch, quien también afirma haber solicitado varias veces este material a la conselleria. «Si se está apostando por una enseñanza donde las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) tengan más importancia, podrían hacer más por nosotros», subraya.

Falta de conserje y de cafetería

Por otra parte, la dirección del IES Sucro también está a la espera de la incorporación de un nuevo conserje, un tema que en ocasiones anteriores también ha generado polémica. El centro cuenta con dos plazas, aunque solo una está cubierta desde principio del actual curso. Lausuch recuerda que el proceso de adjudicación de la segunda plaza «se resolvió antes de Navidad, ¿cómo puede ser que haya pasado un mes y medio y no haya venido nadie todavía?», insiste. «Los procedimientos de adjudicación de plazas no pueden ser tan lentos porque mientras tanto la vida en el centro sigue y las familias se enfadan porque un solo conserje no puede atender a todas», razona el director.

Además, el servicio de cafetería está por adjudicar desde marzo-abril de 2024, cuando el antiguo adjudicatario acabó. La licitación de esta prestación corresponde a la Dirección Territorial de Educación, Investigación, Cultura y Deporte de València, órgano dependiente de la Conselleria de Educación. Christian Lausuch recalca que el concurso de licitación «se ha abierto ahora, habiendo tenido desde abril del curso pasado, todo el verano y lo que llevamos de este. Seguimos esperando», concluye.

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