La mortandad masiva de pinos también castiga ya a la Serra de les Agulles
Los técnicos señalan la solana del valle de Aigües Vives y de Valletes de Gall como la zona más afectada del término municipal con cientos de ejemplares secos que multiplican el riesgo de incendio forestal

Agustí Perales Iborra
El paisaje de las primeras estribaciones de la Serra de les Agulles en Alzira está cambiando como consecuencia de la muerte de cientos de pinos a causa de la prolongada sequía que precedió a la dana. El color verde habitual de esta vertiente de la montaña se entrecorta por una gama de grises derivada de diferentes tramos con decenas de árboles secos en lo que representaba todo un pulmón. Se trata de un fenómeno que ya se había detectado en las comarcas de la Marina y la Safor, también en el Camp de Morvedre, y que sigue avanzando por las sierras litorales y prelitorales.
«La situación es preocupante, no nos había afectado y pensábamos que nos podíamos salvar, pero no ha sido así, aunque aún hemos tenido suerte con las lluvias de la dana y los más de mil litros acumulados que han evitado que los daños sean más generalizados», comenta el alcalde y responsable del área de Medio Ambiente, Alfons Domínguez.

Un pino seco en el suelo en Valletes de Gall. / Perales Iborra
La zona en la que resulta más evidente la masiva mortandad de pinos es el acceso a Valletes de Gall y en la partida de la solana del valle d’Aigües Vives. Se trata de una extensión de poco más de siete hectáreas en las que se han secado numerosos ejemplares, lo que dispara el riesgo de incendio.
La sequía y las plagas
«Alzira había aguantado muy bien, teníamos algunos círculos detectados, pero fue pasar el verano y empazar a extenderse», comenta el técnico municipal de Medio Ambiente Sergi Abril, que atribuye esta situación a la prolongada sequía, a la que hay que sumar la acción de plagas como la del «Tomicus» o perforador de los pinos, que se aprovecha de la debilidad del árbol. «No es una casuística particular de Alzira, sino de toda la provincia. Ha habido años de mucha lluvia en los que la vegetación ha crecido, se ha desarrollado mucho hasta que hubo un corte seco histórico que ha interrumpido el ciclo de la vegetación y ha habido una mortandad alta», explica Abril, mientras detalla que, en el caso de Alzira, el sector más afectado es una zona de solana «con mucha pendiente, mucha roca y poco sustrato» por lo que las raíces son superficiales «y el pino no tiene dónde tirar de reservas». «La vegetación puede estar más o menos débil, pero mientras esté viva, cuando llega el invierno recupera humedad. Cuando el árbol muere es materia seca y ya no se hidrata y el riesgo de incendio se incrementa muchísimo», agrega.
El alcalde expresa esa misma preocupación: «Tenemos que intervenir quitando biomasa. Es una de las zonas prioritarias para nosotros porque se trata de la interfaz urbano-forestal y hay mucha biomasa, que cuando se seca triplica el riesgo», señala Domínguez.
«En la Murta y la Casella hemos detectado algunos pinos muertos, que hemos quitado, pero cuando se trata de zonas tan extensas hay que hacer una intervención de choque extensiva», explica el técnico municipal, mientras señala que también en la Garrofera hay algún sector afectado.
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