El mar pasa factura en el litoral de Sueca y El Perelló y obliga a reforzar las fincas más antiguas

Media decena de bloques se encuentran actualmente apuntaladas para llevar a cabo las labores de rehabilitación

La brisa y la cercanía a la costa corrosiona y oxida las estructuras de estos edificios

Trabajos de re habilitación en un bloque de la costa de Sueca.

Trabajos de re habilitación en un bloque de la costa de Sueca. / Levante-EMV

Saray Fajardo

Saray Fajardo

Poseer una vivienda con vistas al mar es un privilegio que, en muchas ocasiones, no todas las personas se pueden permitir. A su elevado precio se suman las costosas y numerosas reparaciones que se deben llevar a cabo cada cierto tiempo para evitar los daños por el viento mezclado con las partículas de arena que impacta en las estructuras del edificio y, de la misma manera que la salinidad de la brisa del mar, corrosiona y oxifa cerraduras, bisagras, engranajes y estructuras.

Media docena de edificios situados a pocos metros de la costa de El Perelló y Sueca se encuentran actualmente parcialmente apuntaladas para llevar a cabo las obras de rehabilitación en algunas partes con el fin de revertir estos daños. Los expertos reconocen que, aunque la estampa llama la atención, se suele repetir durante todos los inviernos, ya que es la época en la que los propietarios aprovechan para realizar estas obras. "Se están haciendo varios trabajos, pero no supone ninguna alarma", explica un administrador de una de las fincas rehabilitadas recientemente. Señala que "la humedad y sus efectos corrosionan el hierro y el hormigón de estas viviendas, por lo que es necesario un mantenimiento". Esto puede comportar problemas de aluminosis (el hormigón utilizado pierde sus propiedades haciéndose menos resistente y más poroso, por lo que pone en peligro la estabilidad del edificio) y carbonatación (el dióxido de  carbono presente en el  ambiente reacciona con el agua o la humedad retenida).

Los costes de estos desperfectos suelen ser bastante elevados. Los trabajos realizados en un edificio de cinco alturas, en el que residente unos quince vecinos, puede ascender, según explica este administrador, a unos 320.000 euros, lo que supone cerca de 21.300 euros por vecino.

Uno de los edificios afectados.

Uno de los edificios afectados. / Pascual Fandos

Antes de realizar las obras, un arquitecto acude a la vivienda para inspeccionar el edificio. Los trabajos pueden demorarse cerca de un año, por lo que los residentes contratan el proyecto durante el mes de septiembre para que esté listo antes del inicio del verano. Los vecinos de un edificio de estas características puede enfrentarse a este tipo de labores de manera periódica, por lo que el mantenimiento del edificio tiene un precio bastante elevado.

Estos problemas son todavía mayores en las viviendas de los años 60 y 70. "Fueron los años en los que hubo mayor construcción, ya que fue la época de expansión de El Perelló", reconoce el arquitecto Ignacio Matoses, quien explica que a esta problemática se añade que "hay mucha humedad en la zona", por lo que, en sus palabras, "se oxidan hasta las puertas de aluminio y las cocheras". Indica que estas "patologías" se encuentran más presentes en las estructuras de hierro o de hormigón armado, por lo que es necesario que las comunidades de vecinos "tomen precauciones para hacer frente a estos agresiones". Para ello, es importante que se utilicen cementos sulforresistente.

Afección de los temporales

No sólo la brisa marina y el salitre dañan estas estructuras, sino que los temporales también agravan este tipo de desperfectos. "Estar cerca del mar acelera su degradación porque se trata de un ambiente agresivo que daña las estructuras y, además, no cuentan con ningún tipo de elemento que pueda hacer de barrera", afirma el doctor arquitecto de Sueca y profesor de la UPV, Luis Cortés. Como también explica Matoses, se debe tener en cuenta el recubrimiento, ya que la corrosión puede llegar a reventar las viguetas. Los daños en el interior de la vivienda, a su vez, se concentran en la cocina, los baños y las partes exteriores, ya que se trata de ambientes húmedos.

Por ello, los expertos recomiendan que las comunidades de vecinos realicen catas y estudios en sus edificios y que, por otra parte, apliquen revestimientos y tratamientos específicos.

Ateneo Sueco del Socorro

Los problemas ambientales no sólo afectan a las viviendas situadas en la costa, sino que los daños también pueden afectar a las viviendas situadas en el interior de Sueca. El propio Luis Cortés ha realizado un estudio sobre como afectaba esta situación al Ateneo Sueco del Socorro. "La corrosión en la fachada se debe principalmente a la carbonatación exacerbada por problemas ambientales como la retención de humedad y permeabilidad al oxígeno", explica. Reconoce que la mayoría de edificios ubicados cerca de áreas costeras están corrosionadas por el cloruro del agua del mar que se filtra en el hormigón hasta llegar a su armadura e inicia la corrosión localizada.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents