Los casos de maltrato psicológico infantil se multiplican en las familias de la Ribera

El Equipo Especializado en Infancia y Adolescencia de la Ribera Alta atiende a 51 menores

Las negligencias y la crianza deficiente son dos de los factores que más que aparecen en los 343 expedientes abiertos en 2024

Un piso de acogida de menores en una imagen de archivo.

Un piso de acogida de menores en una imagen de archivo. / Pilar Cortés

Los casos de maltrato psicológico infantil en el entorno familiar aumentaron un 240 % durante 2024 en la Ribera Alta respecto al año anterior. Entre otros factores que amenazan el bienestar de los niños, niñas y adolescentes, las negligencias en el cuidado de menores de edad aparecen en casi un tercio de los casos atendidos por el Equipo Especializado en Infancia y Adolescencia (EEIIA), un servicio de la Mancomunitat de la Ribera Alta que cubre 32 pueblos de la comarca. Durante 2024, se atendieron hasta 343 expedientes de menores, de los cuales 225 (un 65,6 %) se encontraban en situación de vulnerabilidad, según el último informe anual del EEIIA.

Mientras en 2023 hubo 15 expedientes con casos de maltrato psicológico, la cifra ha aumentado a 51 expedientes en 2024. Una de las principales dificultades halladas en las intervenciones sociales fueron las negligencias en los cuidados, detectadas en el 28,8 % de los casos. Se trata de la omisión de acciones que deberían realizar los progenitores o cuidadores para garantizar el bienestar físico y emocional de sus hijos. «Por ejemplo, a nivel emocional, deberían estar atentos a cualquier cambio en sus hijos, preguntarles cómo están, cómo han vuelto del colegio… La omisión de estas acciones es un signo de negligencia», explica a este diario Vera Boix, coordinadora del EEIIA.

Crianza deficiente

Sin embargo, la principal dificultad con la que se encontraron las técnicas del EEIIA fueron las pautas de crianza deficientes en un 65,3 % de los casos, una variable que no necesariamente implica una falta de predisposición por parte de los padres, pero que refleja la necesidad de reforzar el apoyo a las familias en la educación de sus hijos. «Aun cuando los padres estén muy presentes y quieran hacerlo bien, puede que, debido a su historia personal, necesiten pautas educativas. Nosotros les ofrecemos estrategias adecuadas de crianza, como el refuerzo positivo y negativo, entre otras. Son pautas muy básicas. Quieren hacerlo bien, pero no saben cómo. Se trabaja de manera diferente porque hay más predisposición», expone Boix.

Entre otros aspectos que amenazan el bienestar de los menores de la comarca, el 30 % de los niños atendidos presentaron problemas de regulación conductual y el 51 %, de regulación emocional. De hecho, la sintomatología ansiosa-depresiva en niños y adolescentes también aumentó: en 2023 se detectaron 38 casos, mientras que en 2024 la cifra ascendió a 51. Las técnicas consideraron necesaria una intervención de carácter psicoterapéutico en 134 expedientes.

También se atendieron problemas de absentismo escolar (35 casos), déficit en las habilidades sociales (73), alteraciones en el apego hacia la familia (96), conductas autolesivas o autolíticas (12) o ser víctimas de violencia sexual (18). Por parte de los progenitores o cuidadores, destacan los problemas por incapacidad parental para regular la conducta de sus hijos (83 casos), separación o divorcio (83), maltrato físico (20) o adicciones, problemas de salud mental o discapacidad por parte de los cuidadores (96), entre otras. Además, durante todo 2024 se llevaron a cabo hasta 82 acogidas de menores como medida jurídica de protección. De los 343 menores atendidos, el 55,1 % fueron chicos; el 45,19 %, chicas y el 0,58%, otra identidad de género.

Cambios en la valoración y ampliación del equipo

Según Boix, el año 2024 trajo consigo un cambio en los criterios de valoración y derivación de casos. Con la ampliación de los servicios sociales a nivel municipal, muchos casos pudieron atenderse antes de llegar al EEIIA, lo que redujo las derivaciones. Sin embargo, esto no significa que las problemáticas disminuyeran, sino que ahora hay un filtro previo más amplio que permite atender algunas situaciones de manera más temprana en los municipios.

Cabe destacar que, en líneas generales, el número de intervenciones realizadas por el EEIIA disminuyó de 388 expedientes atendidos en 2023 a 343 en 2024. No obstante, al mismo tiempo se produjo un aumento en algunas variables debido a la nueva catalogación establecida por la Dirección General de Familia, Infancia y Adolescencia y a la adhesión de 3 nuevos municipios a la red comarcal del EEIIA (l'Alcúdia, Alberic y Turís), lo que generó variaciones en las cifras.

Asimismo, en 2024 el EEIIA amplió su equipo. Comenzó el año con un equipo de 11 profesionales a jornada completa y lo acabó con 20. Todo esto, con la finalidad de ajustarse a la ratio y dar una cobertura adecuada al aumento de la población debido a la incorporación de los 3 nuevos municipios.

El impacto de la dana en la salud mental infantil

Un factor a tener en cuenta este año será el impacto de la dana en la salud mental de los niños afectados, pues la Ribera fue una de las zonas más damnificadas. Boix explica que los efectos emocionales de este tipo de catástrofes no siempre aparecen de inmediato. Además, muchos de estos casos serán atendidos por los servicios municipales, por lo que no se derivarán al EEIIA, a no ser que los problemas en el bienestar del menor se prolongaran en el tiempo y fueran necesarios más recursos. Con estas previsiones, Boix espera un incremento en los casos de sintomatología traumática derivada de la dana a partir del mes de marzo.

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