“Los 20 kms que recorrí tras el camión que conducía de forma temeraria se me hicieron interminables”
Un agente de la Policía Local de València y un brigada de la Guardia Civil libres de servicio circularon hasta Alberic tras el tráiler del conductor que multiplicaba por ocho la tasa de alcohol para evitar que otros vehículos le adelantaran y pudieran colisionar

Un agente de la Guardia Civil de Tráfico en una imagen de archivo. / Francisco Calabuig
Un agente de la Policía Local de València que regresaba a casa tras concluir su jornada laboral y un brigada de la Guardia Civil también libre de servicio escoltaron literalmente el viernes al conductor del tráiler que multiplicaba por ocho la tasa de alcohol máxima permitida, que fue interceptado en Alberic, al objeto de impedir que otros vehículos le adelantaran para evitar posibles accidentes.
“Fueron unos viente kilómetros detrás del camión que circulaba de forma temeraria que se me hicieron interminables ya que por momentos parecía que golpeaba a otros vehículos y, a la altura de la prisión de Picassent, llegó a tocar el quitamiedos, lo que posiblemente evitó que saliera de la carretera”, relata el agente de la policía local de València, que regresaba a su domicilio en la Ribera Baixa cuando se percató en la pista de Silla de los movimientos extraños de este camión articulado de 40.000 kilos.
“Acababa de salir de trabajar la comisaría centro de Ciutat Vella y, en el momento que me incorporo a la pista de Silla, veo a un camión que iba cambiando del carril derecho al izquierdo y al revés, sin avisar, a incluso se comía el arcén”, relata este testigo directo, mientras señala que acto seguido llamó al Centro de Emergencias, se identificó como agente de la Policía Local de València, y comunicó su disposición a seguir al camión articulado hasta que alguna patrulla de Tráfico pudiera detenerlo.
“Cuando nos incorporamos a la A-7 en dirección Alicante contactó conmigo la Guardia Civil de Tráfico y les dije lo que estaba viendo, esa forma de conducir temeraria porque el camión cambiaba de carril sin motivo y que iría detrás hasta que lo interceptaran. Me comentaron que no tenían una patrulla disponible cerca y que tendría que esperar unos 20 o 30 kilómetros”, explica el agente, mientras señala que en este proceso detectó otro turismo que optó por situarse junto a él para retener el tráfico. El camión circulaba haciendo eses entre el arcén y el carril central sin llegar a ocupar el carril rápido. “Teníamos claro que teníamos que limitar el tráfico para que no lesionara a nadie”, comenta. Ese segundo conductor se identificó posteriormente en Alberic como brigada de la Guardia Civil.
“Teníamos claro que teníamos que limitar el tráfico para que no lesionara a nadie”
“El brigada cerraba el carril de la izquierda y entre los dos conseguimos que nadie le adelantara, salvo una moto que pasó por iniciativa propia y le hizo señales al camión para que parara, pero no lo consiguió”, incide el testigo, mientras explica que, a la altura de Alberic, el camión abandonó la autovía por iniciativa propia y paró junto a una gasolinera.
El agente señala que se dirigió al chófer, se identificó como Policía Local y le ordenó que no hiciera nada hasta que llegara la Guardia Civil. El conductor, que se dirigía a Murcia, a duras penas pudo bajarse del vehículo y en la prueba de aire espirado dio una tasa de alcoholemia que multiplicaba por ocho la tasa máxima permitida a conductores profesionales.
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