El 90% de los municipios de la Ribera ya registra más defunciones que nacimientos

La comarca encadena más de una década con unos índices natalidad inferiores a los de mortalidad

Solo los movimientos migratorios compensan la pérdida de población en algunas ciudades

El número de nacimientos se reduce con el paso de los años en la Ribera.

El número de nacimientos se reduce con el paso de los años en la Ribera. / Agustí Perales Iborra

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Alzira

En el 90% de los municipios de la Ribera se producen más defunciones que nacimientos. En el año 2023, último ejercicio sobre el que se han publicado datos, solo en cinco localidades los índices de natalidad superaron a los de mortalidad. En el conjunto de la comarca, este crecimiento vegetativo negativo se arrastra durante más de una década. Tan solo los movimientos migratorios compensan esta tendencia y permiten que la población aumente, aunque no en todas las ciudades.

El último informe demográfico elaborado por el Institut Valencià d’Estadística, cuyo contenido se ha dado a conocer recientemente, pone de manifiesto que la mayoría de los municipios de la Ribera perdieron habitantes durante el año 2023 si no se tiene en cuenta la llegada de nuevos vecinos. En cuarenta y dos de los cuarenta y siete, el número de fallecimientos superó al de alumbramientos. 

En concreto, a lo largo de dicho ejercicio, perdieron la vida 3.153 vecinos de la comarca, mientras que solo nacieron 2.212 personas. Es decir, se produjo casi un millar de muertes más. Un dato muy similar al de años anteriores, ya que en 2022 el dato ascendió a 1.126, mientras que la diferencia entre fallecidos y nacidos se situó en 1.040 en 2021. 

Diferencia mínima

Si se echa la vista atrás, la tendencia continúa. De hecho, se prolonga durante más de una década. Según los datos recopilados por el Institut Valencià d’Estadística, 2012 fue el primer año en el que la comarca registró más defunciones que nacimientos. En aquella ocasión, la diferencia fue mínima (2.951 frente a 2.921). 

Sin embargo, a lo largo de la pasada década, el número de fallecidos fue en aumento mientras que el de alumbramientos se redujo, progresivamente. El informe demográfico no deja lugar a dudas. Los años 2020, 2021, 2022 y 2023 se saldaron con más de tres mil decesos, cada uno de ellos. Supone alcanzar los registros más elevados de la serie histórica. La comarca tiene ahora más habitantes que hace veinte años debido a la llegada de nuevos vecinos y, en consonancia, cada año fallece un mayor número de personas. Sin embargo, las condiciones socioeconómicas invitan, cada vez menos, a formar nuevas familias o, al menos, las empequeñecen. Mientras que en 2011 nacieron en la Ribera 3.145 bebés, entre 2020 y 2023 la cifra se situó ligeramente por encima de los dos mil doscientos.

Por localidades

A pesar de que los índices de mortalidad superan a los de natalidad en términos generales, hay cinco municipios que se escaparon de esta tendencia en el año 2023. Montserrat, localidad que ha liderado durante las últimas décadas la expansión demográfica de la Ribera, registró cincuenta y dos defunciones dicho ejercicio, mientras que el número de nacimientos ascendió a ochenta y tres. L’Alcúdia y Almussafes también cerraron dicho periodo con un crecimiento vegetativo positivo al nacer siete personas más de las que fallecieron. Benicull, con tres, y Alfarb, con dos, fueron las otras dos excepciones de la estadística. 

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