El Gobierno rechaza la macroplanta solar de Sumacàrcer tras tres informes negativos

La Dirección General de Medio Natural, el Servicio de Gestión Territorial de la Generalitat y el ayuntamiento reconocen que el proyecto de 130 MW «no era viable»

La empresa no ha cumplido con los plazos establecidos

Manifestación en València contra la megaplanta de Sumacàrcer y Navarrés, en una imagen de archivo.

Manifestación en València contra la megaplanta de Sumacàrcer y Navarrés, en una imagen de archivo. / Levante-EMV

Saray Fajardo

Saray Fajardo

Alzira

Sumacàrcer no albergará la megaplanta fotovoltaica que iba a realizarse en 250 hectáreas de la partida de l'Alt. Así lo ha anunciado el alcalde de la localidad, David Pons, en sus redes sociales tras recibir una notificación. "Nos ha informado que el expediente ha sido archivado y no se llevará a cabo", explica Pons.

La central fotovoltaica de 120 MW de potencia, conocida como "Valentia Edetanotum FV7" y que iba a tener un coste de 66 millones, se iba a situar entre los términos municipales de Navarrés y Sumacàrcer por la empresa Harbour Maestrat 3 S.L. A pesar de que la instalación se iba a realizar entre ambas localidades, el proyecto recogía que una línea de alta tensión cruzaría la comarca en dirección a Castelló, a través de los términos de Antella, Cotes, Càrcer, Alcàntera y Beneixida.

El proyecto ha sido anulado tras recibir tres informes negativos por parte del ayuntamiento de Sumacàrcer, la Dirección General de Medio Natural y Animal de la Generalitat Valenciana y el Servicio de Gestión Territorial de la Generalitat, que consideraban que no era viable la planta. Esta situación ha comportado, según ha explicado el primer edil, que la empresa no haya podido cumplir los plazos para hacerlo realidad.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha emitido una resolución en la que expresa que la empresa no realizó el pago del 10 % correspondiente al valor de la inversión de las actuaciones en la red dentro del plazo legal de un año desde la obtención del permiso, por lo que se ha declarado la caducidad del proyecto. Harbour, por su parte, alegaba, según este documento, que tras los tres informes negativos "realizar el pago carecía de sentido, con lo que estuvo valorando diversas alternativas de modificación del proyecto y adaptación de las exigencias del mismo". "Harbour de forma plenamente consciente y sin error alguno decidió no pagar el 10 % del valor de la inversión, asumiendo la consecuencia de la caducidad automática de sus permisos de acceso y conexión", recalca la CNMC.

Rechazo vecinal

Esta megaplanta ocasionó desde el primer momento un profundo rechazo por parte de los vecinos, que se agruparon bajo la plataforma Salvem l'Alt, para mostrar su oposición por su afección al medio ambiente. La plataforma consiguió recoger más de mil firmas. Además, más de cien propietarios de los terrenos agrícolas en los que se iba a diseñar la macroplanta, asociaciones y colectivos presentaron sus respectivas alegaciones.

Las fachadas de la localidad se llenaron también de carteles y mensajes bajo el lema "Salvem l'Alt". Ante esta intensa movilización, el consistorio ha aprovechado para agradecer a "las personas que trabajaron para que no fuera realidad y las que confiaron en el ayuntamiento". El ayuntamiento, a su vez, buscó asesoramiento de una firma de ingeniería para estudiar el impacto que pudiese tener y valorar las alegaciones.

Tras esta decisión, el consistorio trabaja ahora, según ha reconocido el primer edil. en "implantar las medidas y proteger nuestro territorio para que estos proyectos no alteren nuestro pueblo".

La plataforma Salvem l'Alt, bautizada ahora como El Territori Suma, ha celebrado esta decisión a través de un comunicado. "El proyecto representaba una grave amenaza para nuestro patrimonio natural y etnológico", señalan. La asociación reivindica que esta macroplanta iba a comportar la desaparición de cerca de 30.000 árboles -muchos de ellos centenarios-, la ocupación del 11 % del suelo no urbanizable del término municipal, la agresión a la flora y la fauna "que tiene en nuestro territorio su refugio" o la destrucción del patrimonio etnológico de gran valor como las construcciones de piedra seca.

"Hemos conseguido que el proyecto termine en nada y sea desestimado", recalcan desde El Territori Suma.

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