Setmana de l'Economia d'Alzira

Alzira: El envase de una multinacional que no pierde el apellido local

La multinacional Amcor es una de las empresas que más dinero factura en Alzira. Sin embargo, sus raíces todavía permanecen en el imaginario colectivo al ser la heredera de la centenaria Cartonajes Suñer. Dos partes de un mismo todo.

Alberto Villanueva y Sagrario Llopis, en la Casa de la Cultura de Alzira, durante una  ponencia.

Alberto Villanueva y Sagrario Llopis, en la Casa de la Cultura de Alzira, durante una ponencia. / Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Alzira

Resulta casi paradójico. Para el alzireño medio, el nombre de Amcor apenas suscita un ligero estímulo en su cerebro. Sin embargo, el de Cartonajes Suñer abre el baúl de los recuerdos. Son dos partes de un mismo todo. Una misma empresa fundada hace más de un siglo que convive con sus raíces y compagina lo mejor de su ADN local con el hecho de ser una multinacional presente en más de cuarenta países.

La centenaria empresa fue una de las protagonistas de la tercera jornada de la Semana de la Economía de Alzira. La ponencia, a cargo de Alberto Villanueva y Sagrario Llopis, repasó los orígenes de Amcor y esta dualidad que supone ser una empresa líder mundial en la elaboración de envases flexibles y, sin embargo, ocupar un espacio pequeño en el imaginario colectivo. Al menos, si se compara con su predecesora. A pesar de que Amcor Flexibles España facturó el año pasado alrededor de 230 millones de euros, la gran mayoría fruto del trabajo elaborado en la capital de la Ribera Alta, cuya planta genera más ingresos que las otras tres que posee la multinacional en el país, según aseguró la también alzireña Llopis.

«Somos conscientes de que, a pesar de ser una de las empresas que más factura de la ciudad, posiblemente somos los grandes desconocidos. En parte, porque la gran mayoría de envases que elaboramos no muestran nuestra marca», explicó Llopis, que agregó: «Sin embargo, nos sentimos orgullosos de ser globales, pero también locales, porque somos una empresa centenaria». Al respecto, Villanueva apostilló: «La gente, en Amcor, piensa en valenciano, habla en valenciano, trabaja en valenciano y, si se enfada, también lo hace en valenciano». La embrionaria Cartonajes Suñer inició su andadura comercial en 1922 y fue adquirida, en 1994, por Lawson Mardon. Tras casi dos décadas bajo el paraguas internacional y varios cambios de nombre, el de la firma australiana Amcor se asentó en 2010. De ese modo, ahora forma parte de un grupo con más de doscientas instalaciones y cuarenta y siete mil empleados, repartidos a lo largo y ancho del planeta.

Llopis puso más cifras sobre la palestra que hablan del gran impacto global de la empresa alzireña, como los miles de millones de envases de snacks producidos al año (a los que se suman envoltorios de otros productos alimentarios, farmacéuticos o de cuidado personal) o el hecho de la planta alzireña exporta a más de treinta países, principalmente europeos, aunque también a algunos africanos y asiáticos. En resumen: «Cada día, millones de personas sostienen en sus manos un envase fabricado en Alzira, ya sea el paquete de su snack favorito o el blíster de paracetamol o de ibuprofeno. Aunque ellos no lo sepan», afirmó Llopis.

Valores que se exportan

Tanto la alzireña como Villanueva destacaron, igualmente, cómo desde lo local se exportan valores relacionados con la seguridad o la sostenibilidad, por ejemplo. Sobre el primero de los aspectos, Villanueva explicó que la fábrica situada junto a la carretera CV-50 impulsó el denominado proyecto Avant, creado para, desde una perspectiva más amena, promover e implementar prácticas que ayuden a fomentar un entorno de trabajo con menos riesgos y, en consecuencia, reducir la siniestralidad. Esta iniciativa se aplica ya en otras plantas de la compañía.

Paralelamente, subrayaron el compromiso de la empresa para conseguir que, este año, el 100 % de sus envases sea reciclable o reutilizable. Ya se ha alcanzado una cuota del 94 %. La fábrica de Alzira cuenta, igualmente, con una máquina que es capaz de captar los gases producidos y transformarlos en disolvente para, de ese modo reducir sus emisiones. Sin embargo, uno de los aspectos más destacados es que la planta ribereña fue escogida para diseñar e impulsar un ambicioso proyecto de sostenibilidad. «Para muchas empresas, no resulta sencillo pasar de utilizar el material convencional a uno reciclado. Por ese motivo, fuimos elegidos para desarrollar nuevas soluciones de embalajes más sostenibles a partir de papel, lo que ha supuesto una inversión importante para nuestras instalaciones», subrayó Llopis. 

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