Sin campos de fútbol en Algemesí: "Está siendo una odisea poder ir a entrenar"

Las familias de los menores de la escuela de fútbol se deben desplazar a otras localidades para poder practicar deporte

Muchos de los afectados no disponen de un vehículo con el que moverse

Campo de fútbol en Algemesí, en una imagen de archivo.

Campo de fútbol en Algemesí, en una imagen de archivo. / Agustí Perales Iborra

Saray Fajardo

Saray Fajardo

Alzira

El deporte se ha convertido en una de las herramientas más importantes para los afectados por las inundaciones con el fin de recuperar poco a poco la normalidad, sobre todo entre los más pequeños. Sin embargo, practicar actividad física se puede llegar a convertir en una auténtica odisea para algunas familias, ya que la dana arrasó las infraestructuras en las que se realizaban, por lo que se ven obligados a buscar otras alternativas.

El desbordamiento del río Magro arrasó las instalaciones deportivas de Algemesí el pasado 29 de octubre. Entre estas, se encuentra el campo de fútbol de esta localidad, en el que cada día entrenaban decenas de niños y niñas de este municipio y otros procedentes de lugares cercanos. Ahora las familias deben desplazarse a otros municipios para que los menores sigan jugando a fútbol. No obstante, la falta de transporte (en la localidad se perdieron más de 10.000 vehículos por la riada) o el horario de los entrenamientos (en muchos casos, hay varios hermanos jugando a este deporte) dificulta todavía más la situación.

"Está siendo una odisea", explica Amparo García, una vecina de Algemesí, cuyos hijos practican fútbol. García debe acompañar a su hija Eva, de 9 años, a Llaurí y Polinyà durante tres días a la semana para poder llevar a cabo los entrenamientos. "A finales de noviembre el club buscó otros campos para poder ir a entrenar", reconoce esta madre. Durante los primeros días, la menor acudía al campo de fútbol de Mareny de Barraquetes, pero posteriormente fueron desplazados a Guadassuar. "Están cambiando el campo allí porque también estuvo afectado por la dana, por lo que ahora nos toca ir a Llaurí y a Polinyà", lamenta García.

La situación ha comportado que los clubes deban adaptar los horarios de entrenamiento para que todos los menores puedan realizar sus entrenamientos. "Ella siempre entrenaba de 19 h a 20:30 h, pero ahora entrenan de 19:30 h a 21 h", señala. Esto comporta que las familias deban organizar el tiempo de los niños para que puedan hacer los deberes, entrenar y descansar. "Los horarios nos complican todavía más", recalca.

Cuando los menores entrenaban en Algemesí, eran ellos mismos los que acudían hasta el campo o regresaban a sus casas solos. Ahora los padres deben acompañarles a los otros municipios o coordinarse con otras familias. "Sólo tenemos un coche, por lo que tenemos que quedarnos allí cuando entrenan", explica la madre.

Además de los tres días de entrenamiento, también se deben desplazar a Cullera para jugar el partido. "Antes jugabas una semana en casa, pero ahora se juega fuera todas las semanas", explica.

Otro de los hijos pequeños de esta vecina de Algemesí también juega a fútbol. En su caso, y debido a su corta edad (3 años), los entrenamientos se realizan en el patio de un colegio de esta ciudad. "No los han podido reubicar en ningún campo, por lo que juegan un día en el patio de la escuela", explica. Añade que "es como si no entrenaran porque no asocian un patio de una escuela con un entrenamiento. Si no hay campo de césped, creen que no están jugando", afirma García.

Los padres esperan que el campo de fútbol esté listo pronto para poder recuperar la normalidad. "Está siendo difícil, pero es importante para ellos", concluye.

Tracking Pixel Contents