La demora del riego por los daños de la dana amenaza la cosecha de fruta de verano en Llombai

La reparación de los desperfectos provocados por el Magro sigue sin comenzar a la espera de que se adjudique la licitación de la primera fase

Conducciones de agua dañada por la riada el 29 de octubre.

Conducciones de agua dañada por la riada el 29 de octubre. / Levante-EMV

Alzira

La demora en reparar las infraestructuras de riego de la Comunidad Sèquia Aledua-Mare dañadas por la dana amenaza la campaña de fruta de hueso en el término municipal de Llombai ya que la próxima semana se cumplirán cuatro meses de la riada que destrozó la media docena de tuberías que cruzaban el Magro, lo que impide regar desde entonces. 

Frutales en floración en una imagen de este viernes.

Frutales en floración en una imagen de este viernes. / Levante-EMV

El director comercial de la cooperativa Coalmar, Borja Marí, ha expresado su preocupación por la falta de riego, que compromete la cosecha de fruta de verano en una zona en la que la recolección comienza a finales de abril al tratarse de variedades tempranas, pero también ha alertado de las consecuencias para los cítricos. «Los frutales no van a llegar a tiempo, pero si en quince o veinte días no se riega, los cítricos empezarán a perder la hoja», augura, mientras alerta del impacto para la economía de los agricultores y la pérdida de jornales que puede suponer una merma importante de cosecha.

Marí ha expresado su sorpresa y malestar por el hecho de que la reparación de estas infraestructuras de riego se haya licitado en lugar de tramitarla como una obra de emergencia, lo que demora los trabajos. Si bien señala que, en base a los plazos, el lunes se abrirán las ofertas presentadas para ejecutar la primera fase, otras dos semanas para resolver la adjudicación «no te las quita nadie».

Preocupado, pero esperanzado

El presidente de la comunidad de regantes, Vicent Adam, reconoce la preocupación por la falta de riego -desde hace unos días se han podido ofrecer riegos de socorro una hora o dos a la semana a una parte de los comuneros-, aunque a la vez se ha mostrado esperanzado «porque pensamos que en pocos días se podrían empezar las obras». De hecho, la primera fase licitada por Tragsa con un presupuesto de salida de 1,3 millones de euros debe estar acabada antes del próximo 30 de abril.

«Creo que aunque hubiéramos intentado hacerlo por medios propios estaríamos igual porque no hay empresas ni maquinaria para ejecutar todas las obras», señala Adam, que precisamente es el portavoz de la Federación de Comunidades de Regantes (Fecoreva) ante Tragsa. «He quedado la próxima semna con ellos para ver por dónde tiene que empezar las obras», comenta el presidente de los regantes de Llombai.

La tremenda crecida del Magro el pasado 29 de octubre arrasó las canalizaciones que cruzaban el río por tres puntos diferentes desde los pozos y motores situados en un margen del cauce a las parcelas de cultivo ubicadas en la otra orilla. La comunidad realizó una primera estimación que cifraba los daños en dos milones de euros. A finales de diciembre, ya alertaban del riesgo de perder la próxima cosecha ante la imposibilidad de regar.

Vicent Adam señala que las últimas lluvias han aliviado ligeramente la situación, aunque la preocupación se mantiene «porque si se alarga mucho esta situación ya no será solo la cosecha, sino también los árboles los que se van a resentir». 

Tracking Pixel Contents