Cullera recupera las baterías antiaéreas del Cabo del Faro y avanza en la musealización del refugio

Se consolida como un referente del patrimonio bélico y defensivo de la Comunidad Valenciana.

El ayuntamiento recupera las baterías antiaéreas.

El ayuntamiento recupera las baterías antiaéreas. / Levante-EMV

Cullera

El Ayuntamiento de Cullera ha completado la restauración y puesta en valor de las baterías antiaéreas de 1938 situadas en el Cabo del Faro, un enclave estratégico durante la Guerra Civil. Con esta intervención, cofinanciada por la Diputación de València, se da por finalizada la segunda fase del proyecto de recuperación del conjunto defensivo, dejando pendiente únicamente la última actuación de musealización, que permitirá abrir el espacio a las visitas.

Las estructuras restauradas son dos baterías antiaéreas exteriores que en su momento albergaban cañones de defensa contra posibles ataques aéreos procedentes del mar. Según explica el arqueólogo municipal, Kike Gandia, el Cabo de Cullera desempeñó un papel clave dentro del plan de defensa costero, ya que desde su base se podía vigilar toda la línea marítima y detectar aviones enemigos procedentes de las Islas Baleares. Durante el conflicto, la aviación alemana e italiana aliada del franquismo utilizó este corredor aéreo para bombardear infraestructuras civiles y militares en la comarca de la Ribera y la ciudad de València.

Una inversión para recuperar la memoria histórica

Los trabajos de recuperación, con una inversión de 32.065 euros, han permitido la restauración del exterior de las baterías, la consolidación de las plataformas y la mejora de los accesos. Esta intervención se enmarca dentro del proyecto global de puesta en valor del Mirador del Faro y del refugio subterráneo del Cabo de Cullera, cuyo objetivo es preservar y divulgar el patrimonio histórico de la ciudad.

El alcalde de Cullera, Jordi Mayor, y la concejala de Patrimonio Histórico, Sílvia Roca, han anunciado que el ayuntamiento solicitará una nueva subvención para ejecutar la tercera y última fase del proyecto. Esta etapa incluirá la musealización del refugio y la creación de un centro de interpretación, que permitirá convertir el enclave en un espacio visitable y educativo, donde vecinos y turistas podrán conocer la importancia histórica de esta base de defensa aérea.

Con esta intervención, Cullera da un paso más en la recuperación de su memoria histórica, convirtiendo el Cabo del Faro en un referente del patrimonio bélico y defensivo de la Comunidad Valenciana.

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