Alzira completará la reforma de su principal eje comercial 8 años después

El ayuntamiento licitará en breve el proyecto de transformación del último tramo de la calle Benito Pérez Galdós y de la Plaça d’Alacant para ganar espacios verdes

La Plaça d'Alacant y el tramo final de la calle Pérez Galdós estrenarán nueva imagen en meses.

La Plaça d'Alacant y el tramo final de la calle Pérez Galdós estrenarán nueva imagen en meses. / Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Alzira

Alzira completará, ocho años después, la transformación de su principal eje comercial. El ayuntamiento ejecutará en los próximos meses las obras pendientes en el tramo final de la calle Benito Pérez Galdós al mismo tiempo que dotará a la Plaça d’Alacant de una plaza como tal, una vez se ha retirado una de las últimas gasolineras urbanas.

El consistorio ya ha aprobado el proyecto y ha puesto en marcha el proceso de licitación. Según detalla a Levante-EMV el concejal de Hacienda y Urbanismo, Andrés Gomis, la antigua gasolinera «se transformará en una pequeña plaza, aprovechando un tramo de la calle Simat y una subvención del Ivace destinada a reducir el tráfico en las ciudades y mejorar la movilidad sostenible». «Al retirarse la gasolinera, nos hemos encontrado con una buena oportunidad para habilitar más espacios verdes y continuar con nuestra filosofía de crear una ciudad más amable en la que los peatones tienen un mayor protagonismo», añade el edil alzireño.

Un diseño moderno

La anunciada transformación de la antigua gasolinera se llevará a cabo dentro del proyecto que finalizará la remodelación de la calle Benito Pérez Galdós, principal eje comercial de la ciudad. El consistorio tiene pendiente, desde hace un lustro, completar las obras que inició en el año 2017 cuando se aprovechó la sustitución de las cañerías del tramo más próximo a la Plaça Major para otorgar un aire más moderno al centro de la ciudad al apostar por un modelo ampliamente utilizado en las zonas céntricas de las grandes y medianas urbes. 

En aquel momento, su diseño generó cuantiosas críticas por parte de la oposición y de algunos empresarios. Se apostaba por convertir una calle convencional con dos carriles y espacio para aparcamiento en una con un único carril para vehículos y aceras más anchas al mismo nivel, todo ello acompañado de árboles y bancos para sentarse. Los pronósticos que alertaban sobre grandes atascos y el cierre masivo de negocios al suprimirse las zonas de estacionamiento no se cumplieron.

Reparación imprevista

El ayuntamiento desarrolló el proyecto en varias fases y, aunque tuvo que retirar los adoquines de la calzada para sustituirlos por asfalto impreso, el resultado final ha cumplido su objetivo de ofrecer a los peatones un espacio más agradable y amplio sin que ello haya supuesto el caos circulatorio que los más reticentes llegaron a vaticinar.

Con todo, la irrupción de la pandemia en el año 2020 retrasó la finalización de la peatonalización, a la que le resta el tramo comprendido entre el cruce con Arquebisbe Vich y Cardenal Vera y la Plaça d’Alacant, que también será objeto de remodelación. «A nivel comercial, la calle funciona muy bien y queremos concluir el proyecto. Sería, en conjunto, una vía de transición más amable entre la Plaça Major y el Parque de l’Alquenència», concluye Gomis. 

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