Los ninots ya reinan en Algemesí para llenar las calles de alegría y esperanza

Las once comisiones ultiman su «plantà» más especial como símbolo de reconstrucción y «un paso más hacia la normalidad»

Un momento de la "plantà" en Algemesí.

Un momento de la "plantà" en Algemesí. / Saray Fajardo

Saray Fajardo

Saray Fajardo

Algemesí

Cada ninot plantado en cada una de las once fallas de Algemesí simboliza un paso más hacia la reconstrucción y la recuperación de esa ansiada normalidad tras todo lo vivido el pasado 29 de octubre. Cuatro meses y medio después del desbordamiento del río Magro, la esperanza y la alegría empiezan a hacerse paso en las distintas calles de esta localidad.

A pesar de que todavía quedan muchas marcas presentes en las vías y viviendas del municipio -y sobre todo en el recuerdo de los afectados-, estos signos van dejando paso a una imagen cada vez más similar a la que tenía Algemesí días antes de aquella trágica jornada. El ruido de los petardos suena en cada uno de los rincones, la música invade las carpas y casales, los falleros visten sus blusones y polares y las grúas trabajan a contrarreloj para plantar las fallas grandes e infantiles. 

La palabra dana ya no es la principal protagonista de las conversaciones entre los presentes. La magia de las Fallas ha llegado. Y lo hace en uno de los momentos más complicados en la historia del municipio. «Era importante celebrar las fiestas después de todo lo que ha pasado aquí. Necesitábamos un poco de alegría porque tenemos que recuperarnos», señalan Cecilia y María Salud, dos vecinas de la localidad, que observan el imponente monumento de la falla Nou Mercat. 

"Plantà" en Algemesí.

"Plantà" en Algemesí. / Saray Fajardo

Nadie olvida lo que vivieron aquellos días. Sólo intentan dejarlo atrás para poder avanzar poco a poco. De una manera u otra, todos resultaron afectados. «Tenemos muchas ganas de olvidar lo que ha pasado», recalca Gema Calzada, que reivindica que esta «plantà» es «un paso más hacia la reconstrucción porque ha sido difícil a nivel emocional». Esta vecina explica que «hay que tirar hacia adelante y estar animados porque hemos tenido recaídas». «Al principio sólo queríamos limpiar y trabajar, pero luego hubo una caída emocional, por lo que las Fallas son un momento para volver a remontar», añade. 

La «plantà» avanza a buen ritmo en el municipio. Representantes de las comisiones, falleros y vecinos de todas las fallas observan atentos el resultado de estas obras de arte efímeras. «Tenemos mucha alegría porque pensábamos que no íbamos a vivir estas fiestas», afirma la presidenta de la comisión Ideal Terrassa, Noelia Lluch. «Sales a la calle y es todo dana. Esto nos sube el ánimo, por lo que es bueno para todos», reitera.

Esta comisión fue una de las más afectadas por la riada. Su casal se vio afectado, como también lo estuvieron los ninots de la falla grande. «Teníamos la falla en un local. Se ensuciaron de barro y agua porque el agua alcanzó el metro de altura», explica. Sin embargo, como todos los afectados, consiguieron resurgir del barro. «Los artistas consiguieron restaurarlos y aquí están», indica. Para ellos, como para el resto de falleros, el resultado es lo menos importante. Están juntos celebrando las Fallas. Han superado uno de los peores momentos de la historia de Algemesí. Eso es lo verdaderamente importante.

Tracking Pixel Contents