Los espigones para proteger las playas de Cullera se iniciarán a final de año

El alcalde acata la declaración de impacto ambiental para la extracción de sedimentos a 10 km: «Lo bueno que tiene nuestra arena es su calidad»

Vista aérea de las playas del Marenyet y l’Estany, en una imagen de archivo.

Vista aérea de las playas del Marenyet y l’Estany, en una imagen de archivo. / Vicent M. Pastor

Saray Fajardo

Saray Fajardo

El Ayuntamiento de Cullera augura que la construcción de los tres espigones rectos, que tendrán una longitud de 195, 280 y 222 metros, que protegerán las playas del Marenyet y l’Estany se iniciará a finales de año. Así lo anunció el alcalde de Cullera, Jordi Mayor, durante el pleno celebrado el pasado lunes tras ser preguntado por el concejal de Vox, Gonzalo Muñoz. 

La Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental contempla estas obras como parte del proyecto de regeneración de parte del litoral valenciano. Cabe recordar que, según la resolución favorable a la declaración de impacto ambiental (DIA) publicada por el BOE hace unos días, Costas ha dado luz verde a la extracción de cerca de cuatro millones de metros cúbicos de arena de un yacimiento submarino situado a 10 km de la costa de esta localidad, con una profundidad de entre 60 y 80 metros y una superficie de 2.746 hectáreas. De ellos, 1,1 millones de metros cúbicos se aportarán al tramo que discurre entre las playas del Marenyet y l’Estany. 

Muñoz, durante su intervención, preguntó al primer edil sobre la postura del ayuntamiento en torno a esta extracción de arena. Mayor reiteró en varias ocasiones el «máximo respeto por los procedimientos y por lo que dice la ley». En este sentido, el primer edil indicaba que el consistorio siempre se ha mostrado «de acuerdo con lo que diga el informe del impacto ambiental». «Si hay un informe hecho por técnicos competentes, que determinen que es viable, estaremos de acuerdo», añadió.

La aportación de un millón de metros cúbicos de sedimentos extraídos frente a la costa permitirá actuar en varias playas de la Ribera, el Camp de Morvedre y La Marina. Según se recoge en el BOE, parte de la costa de Cullera se verá beneficiada. Esta actuación entre el Marenyet y l’Estany abarca una longitud de 2,9 km, que abrazan desde el actual espigón de protección del margen sur de la desembocadura del río Xúquer hasta la Gola de l’Estany. La vida útil de esta actuación de regeneración es de 15 años. 

Mayor manifestó que «Cullera necesita que sus playas se regeneren». Costas, en el propio informe, también alega que «las playas objeto de este proyecto están altamente afectadas por la regresión por acción de los temporales marinos. Por ello, las actuaciones de regeneración planteadas pretenden frenar el retroceso de las playas y recuperar un ancho estable con materiales de características similares a los existentes».

Para ello, se necesita construir tres espigones que permitirán disminuir la energía del oleaje y cambiar sus dinámicas. La construcción de estos se prevé que se inicie a final de 2025. «Esperamos que empiecen antes de que termine el año», explicó el alcalde. Costas estima que serán necesarios 21.885 metros cúbicos de escollera y, a su vez, se deberá llevar a cabo la reconstrucción y acondicionamiento de los tramos de los diques de encauzamiento de la desembocadura de l’Estany, aunque sin modificar sus condiciones geométricas.

Tras estas obras, el siguiente paso es la aportación de arena. El alcalde manifestó la importancia de que sea arena procedente de la playa por la calidad de esta. «Queremos arena de la playa, no arena de una cantera. Lo bueno que tiene nuestra arena es la calidad. Es mejor coger la que está en ese banco, que es natural», afirmó. 

«No afecta al fondo marino»

El informe señala que la presencia de estos espigones se convierte en «un elemento ya integrado en el paisaje del área a regenerar». Así, el único efecto negativo es, según el documento, «es la presencia de estos como elementos preponderantes y como barreras visuales». Sin embargo, su reducida altura de un metro sobre el nivel del mar y su aspecto, al construirse con escollera, «moderarán su afección visual y su impacto paisajístico, teniendo en cuenta además que se implantarán en un tramo donde actualmente existen muchas obras de defensa (espigones y diques exentos) en mal estado, que serán desmanteladas, con el consiguiente beneficio paisajístico».

Mayor, por su parte, también recordó que esta extracción «no afecta al fondo marino, como se recoge en la declaración, por lo que nos ayudará a la regeneración». En este sentido, el proyecto recoge «la compatibilidad del proyecto con los objetivos ambientales de la estrategia marina».

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