Alzira urge a acabar la finca que lleva 15 años convertida en un foco de mosquitos
El ayuntamiento emplaza por segunda vez al propietario a cumplir con la obligación de edificar para dar una solución «definitiva» a un problema de salubridad

El solar de la caller Joanot Martorell, repleto de agua estancada, en una imagen de la semana pasada. / Perales Iborra
El Ayuntamiento de Alzira pretende terminar de una vez con el foco insalubre que representa el sótano de una finca inacabada que suele acumular agua estancada, lo que favorece la proliferación de mosquitos y genera las quejas de los vecinos de la calle Joanot Martorell, y ha emplazado al propietario a que finalice las obra al objeto de dar solución a un problema que se arrastra desde hace quince años.
Se trata de la segunda vez que el ayuntamiento dicta una orden de edificación.
El expediente impulsado en el verano de 2023, que ahora se da por caducado para volver a reactivar el mandato, propició la inscripción del inmueble en el Registro Municipal de Solares y Edificios a Rehabilitat, una herramienta que abre la puerta a una sustitución forzosa de la propiedad en base a un proyecto para finalizar la obra, según recuerda el concejal de Urbanismo, Andrés Gomis. La empresa propietaria no ha retomado las obras de esta finca proyectada en los años del «boom» inmobiliario con 38 pisos y, según explica Gomis, tampoco el ayuntamiento inició el procedimiento de venta forzosa, por lo que ha optado por volver a impulsar este expediente para que, «como mínimo», se adopten las medidas que eviten los problemas de salubridad.
El reciente acuerdo de la junta de gobierno que ordena al propietario cumplir con el deber de edificar una vez agotados todos los plazos -la licencia municipal se concedió en el año 2007-, otorga dos meses para que el interesado exprese su rechazo a este acuerdo municipal si considera que el incumplimiento no es culpa suya, se comprometa a pedir la licencia en un plazo máximo de otros dos meses o exprese su voluntad de adherirse a un proceso concertado con un protomotor seleccionado en un proceso abierto en el régimen de sustitución forzosa que prevé la ley urbanística.
El Ayuntamiento de Alzira ha dictado desde 2010, cuando se paralizaron las obras, numerosas órdenes de ejecución para que el propietario procediera a la limpieza y desinfeción del solar y, en no pocos casos, ha procedido a la ejecución subsidiaria ante la pasividad de la propiedad y las quejas de los residentes que, especialmente en verano, comprueban como esta gran charca de agua es un foco de mosquitos. Cada vez que llueve se vuelve a acumular agua en este sótano a cielo abierto.
Esta situación ha provocado incluso una de las pocas sanciones impuestas en aplicación de la ordenanza municipal para el control del mosquito tigre, en su grado máximo, por un importe de 3.000 euros.
Días atrás, el ayuntamiento anunciaba una nueva campaña de fumigaciones contra el mosquito tigre que arrancaba en el entorno de este solar.
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