«El viento se llevó el tejado, pero el seguro no me paga porque dice que no hubo tornado»

La Ribera contabilizó hasta diez tornados durante la trágica jornada del 29 de octubre. Los ciclones recorrieron varias localidades de la comarca como Alginet, Benifaió, Carlet, Llombai o Catadau llegando a alcanzar, en algunos casos, el nivel EF2, con vientos de entre 179 y 218 km/h. 

Alginet fue uno de los municipios más afectados por el paso de estos. En este caso, uno de los tornados, que se formó sobre las 15:50 h, se mantuvo activo durante 25 minutos y recorrió 5,3 kilómetros. Durante el trayecto, el fuerte viento atravasó la A-7, recorrió el casco urbano de sur a norte y llegó al polígono industrial. A lo largo del recorrido, arrancó árboles, farolas, tejados o muros como si estuvieran hechos de papel. Sin embargo, este no fue el único ciclón que recorrió la localidad. Como ya informó este diario, los expertos añadieron un nuevo ciclón en la zona de la Belenguera, que atravesó, a lo largo de los diez minutos que duró, la A-7 al norte de Alginet.

Los expertos ya contabilizan diez tornados el día de la dana en la Ribera

Algunos vecinos de esta localidad siguen trabajando para reparar los daños ocasionados por este ciclón. El Consorcio de Compensación de Seguros ha recibido, hasta el 1 de abril, un total de 1.806 solicitudes de este municipio, de las cuales se ha abonado 3,27 millones de euros. Sin embargo, no todos los afectados han tenido la misma suerte. 

José García, uno de los vecinos afectados de este municipio, presenció como el fuerte viento se llevaba consigo el tejado y un muro del inmueble en el que reside junto a su pareja. A pesar de ello, esta familia todavía no ha recibido ninguna compensación económica por parte de su seguro 165 días después de la riada. Ante esta situación, ellos mismos se han visto obligados a recurrir a sus ahorros para poder costear su reparación.  

Esta pareja, como muchos de los afectados, recuerda perfectamente cómo fue aquel trágico día, que ha quedado marcado en el imaginario colectivo. «Estuvo lloviendo mucho durante todo el día», explica. En sus palabras, «de repente, empezó a hacer mucho aire y, en cuestión de segundos, llovía más dentro de casa que fuera». El tornado había arrancado en poco tiempo parte del tejado dejando al descubierto el inmueble. La fuerza del viento había roto el techo como si se tratara de papel. 

«El tornado arrancó un ventanal de cuatro metros como si fuese de papel»

«El perito nos dice que en mi calle no había indicidos de daños generados por el viento», lamenta García, mientras muestra fotografías no sólo de los daños en la vivienda, sino también de cómo quedó el entorno de su urbanización tras el paso del ciclón. En las imágenes se pueden ver muros caídos o árboles arrancados del suelo. «Había pinos de gran envergadura caídos obstaculizando el acceso a la calle. No se podía entrar a la vía por ninguna de las dos calles. Aún así dicen que aquí no pasó ningún tornado», explica.

Daños superiores a 15.000 euros

El afectado ha mostrado a su aseguradora los informes realizados por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y el consistorio de Alginet sobre el paso del tornado por las distintas calles de la ciudad. «No entienden el motivo por el cual nos están poniendo impedimentos. Ellos están informados sobre el paso del tornado por mi urbanización», reitera García. 

Este vecino de Alginet lamenta que la falta de ayudas y pagos ha comportado que ellos mismos tengan que costear los daños valorados en más de 15.000 euros. Concretamente, García indica que 6.500 son para la reparación del tejado, mientras que el resto se destina a la sustitución del muro. «Nos ha tocado pagar los 6.500 euros de la reparación del tejado que no quieren pagar para que no esté todo al descubierto», denuncia el afectado. 

García clama que «todo son excusas para no pagar y al final lo tenemos que pagar nosotros». «Cada día nos dicen una cosa nueva», añade. El afectado no sólo ha tenido que costear el tejado, sino los daños en el interior de la vivienda, ya que «parecía una cascada por la cantidad de agua que entraba».