El Consell del PP descarta recurrir el fallo del topónimo que reinstaura la forma Villanueva de Castellón
La Generalitat acata «en todos sus términos» la sentencia del TSJ que anula la denominación aprobada por el Govern del Botànic y deja solo al ayuntamiento en la casación ante el Supremo
Señales con el topónimo en valenciano en los accesos al núcleo urbano de Castelló. / Perales Iborra
La Generalitat Valenciana no recurrirá la sentencia del Tribunal Superior de Justicia que anuló el decreto por el que el Consell del Botànic aprobó el topónimo Castelló como forma exclusiva en valenciano para el municipio de la Ribera Alta, por lo que el ayuntamiento, gobernado por una coalición de izquierdas, deberá defender en solitario ante el Supremo la denominación del pueblo que se utilizado como oficial desde octubre de 2020 para evitar volver a la forma en castellano Villanueva de Castellón.
«La Generalitat Valenciana acata la sentencia en todos sus términos y no recurrirá», confirman fuentes de la Dirección General de Administración Local, cuando se agotaba el plazo para interponer un posible recurso de casación. La alcaldesa de Castelló, Horte Gómez, ya había confirmado con anterioridad la decisión del consistorio de recurrir al Supremo al considerar que el fallo del TSJCV no ha tenido en cuenta factores que, según indicó Gómez, «permiten seguir luchando».
La historia se repite, con matices, en el intento de valencianizar el topónimo del municipio. Un cambio de gobierno en la Generalitat provoca que la Administración autonómica no defienda los acuerdos del anterior Consell de signo político contrario.
Sucedió en los años noventa, cuando el Consell presidido por el socialista Joan Lerma aprobó la forma Castelló de la Ribera, un cambio que generó una fractura social y que fue impugnado por un sector encabezado por el abogado Juan García Sentandreu. La llegada de Eduardo Zaplana (PP) al gobierno autonómico provocó que la Generalitat se retirara del pleito, por lo que se recuperó la forma en castellano Villanueva de Castellón.
Un gobierno municipal liderado por Compromís realizó un segundo intento y logró la aprobación de la forma Castelló en un proceso que, esta vez, no generó ninguna crispación. El Consell del Botànic (PSOE-Compromís) aprobó el topónimo y contra el decreto 112/2020 del 4 de septiembre que dio luz verde al cambio de nombre se presentaron tres recursos. Uno del Ayuntamiento de Castellón de la Plana, otro de la Federación Coordinadora de Entidades del Reino de Valencia, detrás del cual se asoma de nuevo la figura de García Sentandreu, y un tercero promovido por tres particulares entre los que figura el actual portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Castelló, Antonio Aviñó.
El actual Consell del PP confirmó ayer que acata en todos sus términos la sentencia y no recurrirá. El ayuntamiento, en esta ocasión, se encuentra en una posición procesal diferente, que sí le permite recurrir en casación al Supremo para defender la forma Castelló como nombre del pueblo.
La sentencia que anuló el topónimo en valenciano argumentaba que esta denominación puede producir «confusiones» entre la ciudadanía y las distintas adminstraciones al compartir la denominación con la capital de la provincia de Castellón.
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