Gasoil para grupos electrógenos, bandos por megafonía e incluso drones para evitar robos

Los ayuntamientos tienen planes de emergencia genéricos y, en muchos casos, otros específicos que abarcan desde inundaciones a incendios pasando por terremotos, pero ninguno contra apagones generalizados como el ocurrido el lunes, que dejó sin suministro eléctrico a algunos municipios de la Ribera durante más de doce horas y, además, sin comunicaciones, lo que obligó a las autoridades a improvisar por momentos.

La luz vuelve a la Ribera con diferencias de más de seis horas entre pueblos

Muchos fueron los alcaldes de la comarca que volvieron a convocar el Centro de Coordinación Operativa Municipal (Cecopal) -siglas que han ganado protagonismo con la dana - para organizar los recursos y atender una situación absolutamente desconocida. El primer objetivo en muchos casos fue identificar las infraestructuras críticas o servicios que atienden a personas más vulnerables como el hospital, centros de salud y residencias de mayores para garantizar el suministro eléctrico y, en ese proceso, las autoridades se encontraron con la necesidad de conseguir combustible para los grupos electrógenos en una coyuntura en que la mayoría de estaciones de servicio había cerrado al carecer de suministro eléctrico.

Es una de las primeras lecciones que deja el apagón, explica el alcalde en funciones de Alzira, Enrique Montalvá, mientras apunta la necesidad de realizar una revisión o mantenimiento de estos equipos de emergencia con mayor frecuencia del que se viene haciendo para evitar sorpresas. Montalvá detalla que el ayuntamiento encontró la colaboración del Grupo Mazo y pudo llenar una cuba de mil litros de gasóil con el que alimentar diferentes grupos electrógenos, entre ellos el del propio ayuntamiento, la central de la Policía Local o el repetidor de comunicaciones de l’Alquerieta, mientras explicaba que por la tarde se colapsó la única estación de servicio que había abierta en Alzira, en el centro comercial Carrefour, ante la avalancha de vehículos que querían repostar.

La alcaldesa de Carcaixent, Carolina Almiñana, preocupada por la gran afluencia de público en l’Hort de Soriano al tratarse de un día de Pascua -festivo en muchos pueblos de la Ribera -, ordenó cerrar paraje y el desalojo progresivo para evitar que cayera la tarde con cientos de personas en esta zona de recreo por el temor a un regreso caótico con el casco urbano a oscuras. El teniente de alcalde Pepe Oltra explica que a partir de las 16,30 horas se produjo una salida ordenada de forma que hacia las 18 o 18,30 horas ya se encontraba vacío.

Todos los ayuntamientos movilizaron a sus cuerpos de la Policía Local y Protección Civil, además del resto de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, para garantizar la seguridad en las calles y atender las necesidades más urgentes de la población, especialmente de índole sanitaria. El Ayuntamiento de Carcaixent incluso recurrió al servicio de vigilancia con drones de visión nocturnas para evitar que la delincuencia en el término municipal.

Tanto en Carcaixent como en otros pueblos la Policía Local recurrió a la megafonía para transmitir información a la población a través de bandos. Hasta quince patrullas de la Policía Local fueron movilizadas en Cullera junto con efectivos de Protección Civil y agentes de la Guardia Civil para reforzar la vigilancia en puntos estratégicos de Cullera. En Sueca se multiplicaron los esfuerzos tanto en el caso urbano como en la zona marítima.

“El principal problema era que no había forma de comunicarse y la única forma de solventarlo fue estar todos en la calle, la Policía Local, Protección Civil, los concejales del equipo de gobierno… nos repartimos el pueblo y fuimos calle por calle, prácticamente casa por casa, y eso dio tranquilidad a la gente porque nos trasladaba sus preocupaciones”, detalla Carolina Almiñana.

Enrique Montalvá, por su parte, detalla que ya a primera hora de la tarde se detectaba un primer reventón en la red de agua potable de Alzira por los problemas de presión.

La tarde fue larga. Los bomberos y las fuerzas de seguridad multiplicaron servicios de carácter sanitario. El traslado al hospital de un hombre que se fracturó la cadera en Carcaixent a última hora de la tarde, devolver a su domicilio a personas con movilidad de reducida que no podían acceder al estar parado el ascensor.

Los ayuntamientos realizan hoy balance en el regreso a la normalidad aunque a priori se descartan acciones de vandalismo o pillaje. Montalvá ha destacado el buen comportamiento de la ciudadanía.