El Comité de Reconstrucción alerta del retraso en recuperar el Raval

La entidad denuncia la presencia de lodo e instalaciones sin reparar seis meses después en un nuevo informe sobre las carencias del barrio

Vista aérea del barrio del Raval de Algemesí, el más cercano al río Magro, en una imagen de archivo.

Vista aérea del barrio del Raval de Algemesí, el más cercano al río Magro, en una imagen de archivo. / Agustí Perales Iborra

Saray Fajardo

Saray Fajardo

Alzira

El Comité Local de Emergencia y Reconstrucción de Algemesí (CLERA), creado hace cerca de un mes para participar en el proceso de reconstrucción de la localidad tras la catastrófica dana del pasado 29 de octubre, empieza a dar sus primeros pasos. 

Los cerca de 70 vecinos y vecinas que forman parte de este nuevo organismo visitaron hace unos días el barrio del Raval, el más afectado por la riada debido a su cercanía al río Magro, para conocer la situación actual de la zona seis meses después de las trágicas inundaciones. El CLERA denuncia que, mientras gran parte de los barrios del municipio han recuperado prácticamente la normalidad tras las inundaciones, los vecinos de esta zona todavía sufren las consecuencias de la dana, como se puede observar al pasear por las distintas zonas del Raval. 

El comité indica que, durante la visita, los residentes de este barrio les explicaron cuáles creen que deben ser las prioridades durante el proceso de reconstrucción que se está llevando a cabo por parte de las distintas administraciones. La mayoría de las demandas se centran en el estado actual de las infraestructuras públicas y municipales, cuya imagen apenas ha variado seis meses después de la dana. 

El CLERA lamenta que esta situación afecta a todos los vecinos del Raval, ya que se trata de inmuebles que suelen ser utilizados para hacer comunidad. Entre las necesidades, reclaman la limpieza de los parques infantiles de la zona, ya que todavía hay «suciedad, barro e instalaciones rotas», que no permiten a los más pequeños jugar en ellos. 

Además, lamentan el estado «en ruinas» de la escuela infantil y de primaria -el CEIP Carme Miquel-. «Los vecinos aún no están informados ni se les ha consultado sobre le plan de reconstrucción. Aunque están vallados, se puede acceder a los edificios, hecho que preocupa a los vecinos, ya que los niños juegan dentro y también está siendo utilizado por personas con problemas de adicción», afirman. En este sentido, cabe recordar -y como ya informó este diario- que el colegio sufre daños estructurales, por lo que deberá ser derribado próximamente. La Conselleria de Educación está instalando aulas prefabricadas en la zona para que los menores puedan continuar sus estudios, ya que han sido reubicados en otros centros. Próximamente se iniciarán las obras del nuevo centro, las cuales está previsto que se demoren cerca de dos años. Las aulas y el nuevo centro se construirán en altura para prevenir daños ante posibles futuras riadas. 

Otra de las infraestructuras dañadas por la dana es la biblioteca municipal. El comité reconoce que se encuentra limpia, pero «se puede acceder al edificio, por lo que se hace un uso inadecuado de él». Por ello, plantean «una rehabilitación más completa para potenciar su uso comunitario dada la falta de espacios en el barrio». El centro de participación ciudadana es otro de los inmuebles afectados por la dana. «Era el único lugar de actividades no regladas para el barrio, que está pendiente de derribar». 

El velódromo situado en este barrio también podría ser destruido próximamente, aunque el consistorio todavía no ha valorado la actuación que se llevará a cabo. «Hace dos semanas que se retiró toda el agua estancada, pero sigue con suciedad y barro», denuncian. 

Viviendas

No sólo las infraestructuras públicas han sufrido las consecuencias de la riada, sino también los propios inmuebles y viviendas. En este sentido, el comité señala que las fincas situadas en los bloques de la calle Josep Sales todavía contienen barro y aguas fecales, lo cual, como ellos mismos recuerdan, «puede repercutir en daños estructurales y problemas de salud».

Por otra parte, explican que todavía hay calles y solares en el barrio que están sucios y contienen vehículos dañados. Además, añaden que algunos contadores de agua, que se encuentran fuera de las fincas, no cuentan con las puertas que los cubren. 

Ante esta situación, el CLERA ha elaborado un informe detallado para entregar al consistorio. Lamentan que «ya enviamos un informe en febrero por registro de entrada, pero no obtuvimos ninguna respuesta». «Ahora lo queremos hacer con el apoyo del comité», concluyen.

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