El pasodoble 'Amparito Roca' resuena con más fuerza que nunca en su centenario en Carlet

Un millar de músicos de dieciocho bandas de la Ribera interpretan al unísono la popular obra bajo la batuta de Luis Cobos en el acto que abre la conmemoración

Un millar de músicos de bandas de la Ribera interpretan el pasodoble "Amparito Roca"

Fernando Bustamante

Carlet

Las notas del mítico pasodoble «Amparito Roca» han resonado como nunca. Carlet vivió una tarde que ya ha quedado grabada en la memoria colectiva de la Ribera Alta. Un millar de músicos procedentes de 18 bandas de la comarca se unieron bajo la batuta de un maestro de talla internacional como Luis Cobos para interpretar de forma conjunta una de las piezas más reconocidas del repertorio bandístico español. Esta cita abrió el calendario del «Any Amparito Roca», decretado por el ayuntamiento y la Diputación de València para conmemorar el centenario de la composición de esta pieza por Jaume Teixidor en 1925.

Al acto, enmarcado en el Encuentro Comarcal de Bandas, acudieron vecinos y vecinas amantes de la música; el diputado de Cultura, Paco Teruel; el presidente de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana y autoridades municipales. «Es una magnífica iniciativa que debe perpetuarse, añadiendo nuevos alicientes para enganchar a las bandas y sus músicos», expresó Teruel.

Desde las 18:00 horas, las bandas desfilaron por las calles de Carlet para converger en la Plaça del Convent i la Vila, que vibró con la interpretación de uno de los pasodobles más queridos por los valencianos. Los solos de flautín, parte clave de la pieza, fueron interpretados por Jordi Rocher, Jaume Martí y Germán Nogués, músicos de las dos bandas de la localidad, la Societat Unió Musical y l’Artística. Este pasodoble ha servido históricamente de nexo entre ambas, que en épocas de rivalidad encontraban siempre en esta pieza un punto en común.

«Para Carlet, ‘Amparito Roca’ es algo más que un pasodoble. Es un símbolo, un orgullo, y un referente porque Amparito, la joven que inspiró esta obra inmortal, fue vecina de Carlet. Su nombre y su legado viven hoy en cada compás», señaló la alcaldesa, Laura Sáez.

Dos familias unidas para siempre

En efecto, la pieza, editada e interpretada en los cinco continentes desde su creación, tiene para Carlet un significado especial. Amparito Roca fue alumna de Jaume Teixidor. Una historia popular cuenta que el músico compuso la obra y escogió al azar el nombre de una de sus aprendices, con lo que la familia Teixidor y Roca quedarían unidas para siempre. De hecho, la familia carletina todavía conserva el piano que les regaló el músico cuando se fue del pueblo, años más tarde.

El pasodoble fue compuesto en 1925 y desde entonces ha recorrido el mundo entero. «Aunque muchos creen que es un pasodoble taurino, no se compuso para ello. Su melodía pegadiza y festiva ha trascendido todo tipo de celebraciones», explica Ángel Valero, gestor cultural carletino y autor de estudios sobre este pasodoble.

El prestigio de la Primitiva

Teixidor fue un músico prolífico y versátil. Nacido en Barcelona en 1884 y con una carrera militar, encontró en Carlet un lugar donde desarrollar su faceta más creativa. Atraído por la oferta de la prestigiosa Banda Primitiva —que le prometió una casa y un sueldo superior, y que había ganado el primer Certamen Internacional de Bandas de Música de València en 1886—, se trasladó a esta localidad y se integró en su vida social. Además, abrió su propia academia de piano, donde conoció a Amparito Roca, amiga de sus hijas.

En aquella época, Carlet pasaba por un momento de esplendor económico y cultural. Contaba con dos teatros (El Siglo y Giner), dos bandas de música (la Primitiva y la Juventud), seis escuelas de música y múltiples casinos y sociedades recreativas. «Teixidor tenía el mismo prestigio que el médico o el alcalde, era un personaje muy respetado», comenta Valero. 

Jaume Teixidor (con el uniforme de la Primitiva en 1925) y Amparito Roca.

Jaume Teixidor (con el uniforme de la Primitiva en 1925) y Amparito Roca. / Arxiu Trullenque

Años más tarde, se trasladó a Barakaldo, donde consiguió plaza como director de banda y pasó el resto de su vida. «A pesar de las dificultades de la Guerra Civil, que golpeó duramente a su familia, la música siempre fue su refugio y sustento, pues los derechos de «Amparito Roca» le dieron de comer muchos años. De hecho, cuentan que murió en el hospital, escuchando su pasodoble en la radio, dedicado por unos alumnos», detalla Valero.

El maestro que dirigió la multitudinaria interpretación , Luis Cobos, es director de orquesta y compositor. Es presidente de la Academia de la Música de España, de la Fundación Latin Grammy, de la AIE y presidente emérito de la Academia Latina de la Grabación. Cobos recuerda interpretar este pasodoble desde su infancia. Cien años después del gran estreno de Teixidor, este músico internacional lideró a un millar de intérpretes ribereños que, como él, han crecido al son de «Amparito Roca».

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