La ruina del poblado medieval de Berfull avanza pese a la protección como BIC
La alcaldesa asume que existe un riesgo de que desaparezca el antiguo recinto amurallado, señala que es una propiedad privada y llama a la Generalitat a garantizar su conservación

Agustí Perales Iborra
«Hace tiempo que ya no le digo a ningún conocido que vaya a verlo, cuando hay una tormenta o hace viento pienso que esa noche cae lo poco que queda». La reflexión del Cronista Oficial de Rafelguaraf, Vicent Sanxis, sobre el estado de degradación del poblado medieval de Berfull, un conjunto amurallado que cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), confirma que aquellos temores que manifestaba hace ya 30 años el protagonista de su novela «Adéu a Berfull» -posteriormente «Fàtima de Berfull»- sobre la irremediable desaparición de este conjunto único en la Ribera van camino de cumplirse.
El ayuntamiento no tiene constancia desde hace años de ninguna intervención, ni siquiera después del requerimiento realizado a los propietarios hace aproximadamente año y medio para que repararan una llamativa grieta de uno de los muros perimetrales para evitar un posible desprendimiento sobre un camino público, muy transitado.

Arco almenado tapiado por el ayuntamiento para evitar la entrada de curiosos a un recinto en ruinas. / Perales Iborra
«Actuar, no se ha actuado, para nada», confirma la alcaldesa de Rafelguaraf, Rafaela Aliaga, que no oculta el temor a que el estado de abandono que presenta Berfull acabe con su desaparición. «Lamentablemente existe ese riesgo y es triste que suceda porque es un tesoro que tenemos en Rafelguaraf que tiene mucha historia, es parte de la historia del pueblo», comenta Aliaga, al tiempo que incide en que se trata de una propiedad privada y que en la medida que el ayuntamiento no tenga la titularidad no puede realizar inversiones. Por otra parte, señala, un hipotético proyecto de rehabilitación se escapa de las posibilidades económicas de un municipio como Rafelguaraf.
Ni la supuesta protección que ofrece la declaración de BIC ni el SOS lanzado por el Consell Valencià de Cultura en noviembre de 2016 por el deterioro que ya entonces presentaba este conjunto amurallado en el que a lo largo de una única calle se distribuían 23 viviendas, una casa señorial y una iglesia, han servido para garantizar una mínima conservación, más allá de una intervención de urgencia asumida por el ayuntamiento en el año 2017, que consistió en tapiar la puerta principal para evitar el desplome del arco almenado y evitar la entrada de curiosos a un conjunto en ruinas.

La grieta en un muro exterior que el ayuntamiento emplazó a los propietarios a reparar para evitar desprendimientos. / Perales Iborra
La alcaldesa comenta que si bien las inundaciones que sufrió Rafelguaraf el pasado 29 de octubre no llegaron al poblado medieval, situado en un punto más elevado a salvo de las aguas del Barxeta, las fuertes precipitaciones de ese día debieron hacer mella en Berfull: «Seguro que dentro habrá caído algo, pero no podemos entrar y no lo podemos comprobar», comenta Aliaga, que realiza un llamamiento a la Generalitat para garantizar la conservación del conjunto, aunque incide en que se trata de una propiedad privada.
Berfull pertenece a los descendientes de las familias López Medrano Villar de Saavedra y Cerveró de Miquel. Un intento de ceder el inmueble a la Administración fracasó ante la imposiblidad de reunir a todos los herederos para formalizar la escritura pública. Años después surgió la posibilidad de una venta aunque los compradores, finalmente, se echaron atrás, según la información facilitada al ayuntamiento. n
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