Las salas de banquetes afectadas por la dana se reactivan con las comuniones: "La gente tiene ganas de celebrar"

Los salones de l'Alcúdia y Alzira acogen más de 80 celebraciones en mayo y junio tras un trabajo a contrarreloj

Estado en el que quedó una de las salas de celebraciones, en una imagen de archivo.

Estado en el que quedó una de las salas de celebraciones, en una imagen de archivo. / Levante-EMV

Mayo es por excelencia el mes de las comuniones. Centenares de familias afrontan con ilusión la preparación de este evento, en el que los más pequeños se convierten en protagonistas. Sin embargo, muchas de ellas tuvieron que retrasar los preparativos debido a las inundaciones del pasado 29 de octubre. Ante esta situación, muchas salas de banquetes temieron tener que cancelar los eventos debido a la magnitud de la tragedia.

"Les decía a los trabajadores que ahora venía lo peor. Teníamos miedo de que la gente cancelara, ya que habían sufrido muchos daños económicos", explica Fausto Clemente, gerente de dos salas de eventos situadas en l'Alcúdia y Alzira. No obstante, la situación ha sido totalmente diferente. "No se ha borrado nadie", recalca. 

Ambos salones acogerán durante los fines de semana de mayo y junio cerca de 80 comuniones. La mayoría de los comuniantes residen en Algemesí, Guadassuar, l'Alcúdia o Alzira, municipios afectados por la dana. No obstante, y a pesar de los daños, las familias han decidido seguir con la celebración. "Es gente que ha perdido el coche o tiene daños en la casa, pero han decidido no anular el evento", explica Clemente, quien añade que, tras todo lo vivido, "la gente tiene ganas de celebrar y dar gracias por todo lo vivido. Tienen ganas de vivir y seguir adelante".

Las inundaciones también afectaron a ambas salas. Las treinta personas del equipo (llega a alcanzar los 200 trabajadores en determinadas épocas con más eventos), muchos de los cuales pertencen a municipios afectados, trabajaron desde el primer momento para retirar todo el agua y el lodo y, así, poder recuperar la actividad lo más pronto posible. "Vinieron todos a ayudar y eso que también estaban afectados", agradece el propietario. Algunos de ellos perdieron su vehículo, por lo que, como explica Clemente, otras compañeros acudían a sus municipios para recogerlos. "Los compañeros que tenían coche recogían a los que lo habían perdido para que pudieran retomar la rutina", afirma y agradece el esfuerzo de toda "la gente que se ha volcado en ayudar para volver a recuperar la ilusión". 

Voluntarios en el salón de banquetes afectado por la dana.

Voluntarios en el salón de banquetes afectado por la dana. / Levante-EMV

Ambos salones se encuentran cerca del río, por lo que el agua anegó los dos espacios. En el caso de l'Alcúdia, está ubicado a cien metros del río Magro. "El agua rompió una puerta, entró e inundó todo, pero tuvimos la suerte de que salió por un lateral", indica. Añade: "Sólo tuvimos que limpiar el agua, la suciedad y reparar las máquinas que se encontraban a pie de suelo, pero, al no quedarse estancada, los daños no fueron tan graves como creíamos". Durante los primeros días, ambos espacios se convirtieron en un punto de recogido de material, alimentos y voluntarios.

Salón construido en altura

Clemente señala que los daños económicos fueron mayores en la sala situada en Alzira por su cercanía al río Verde. El salón, como él mismo explica, está construido en altura para prevenir este tipo de situaciones. "Ya tenemos la experiencia de la pantanada de Tous", recalca. Por ello, el espacio se encuentra situado en altura, mientras que la zona más baja acoge el aparcamiento subterráneo, con un espacio para cerca de 80 vehículos. En este caso, el agua anegó por completo el parking, que ha sido el espacio que más tiempo han invertido para poder recuperarlo. "Entraron 14 millones de litros de agua. Teníamos material guardado, que tuvimos que tirar. Estaban, además, las compras para las fiestas de Navidad. Causó mucho daño", lamenta.

A pesar de la situación, los trabajadores y voluntarios han hecho un esfuerzo titánico para recuperar ambos salones y, así, poder llevar a cabo todas las celebraciones programadas. "Hay que devolver la ilusión", concluye.

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