El cruce del monasterio de la Barraca suma otro accidente a la espera de la anhelada rotonda

Un vehículo en la cuneta de la CV-50 en el accidente ocurrido el lunes por la tarde. / Levante-EMV
Un nuevo accidente de tráfico ocurrido este lunes por la tarde en el punto kilómetro 11,5 de la CV-50, en el valle de Aguas Vivas, afortunadamente sin consecuencias graves, según detallan los vecinos, ha vuelto a poner de manifiesto la peligrosidad de este tramo en el que se localiza el acceso al monasterio de la Barraca, el Hospital Vithas, el campo de golf y varias urbanizaciones, por un lado, y al colegio inglés por el otro. La solución diseñada para mejorar la seguridad, la construcción de una rotonda, se demora desde hace más de dos décadas, como ya informó Levante-EMV.
Los vecinos de las urbanizaciones que tienen su acceso principal en este punto reivindican una solución para evitar las situaciones de riesgo que se dan a diario en este tramo en el que se producen retenciones por la presencia de vehículos que se disponen a girar a derecha o izquierda y adelantamientos peligrosos de conductores impacientes. Según explican, existe una línea continua antes de llegar a estos cruces, si bien para permitir los giros de entrada y salida se convierte en discontinua en el tramo central, “lo que genera confusión a los conductores que inician adelantamientos cuando ven retenciones, que son habituales, y se encuentran de cara con los vehículos que salen del colegio inglés”, explica un residente, mientras recuerda que se han producido al menos dos colisiones frontales graves. Los intentos por evitar una colisión suelen provocar salidas de la vía, que acaban con un vehículo en la cuneta, detalla.
Estos residentes no dudan en señalar que todos los días entran y salen seis autobuses del colegio inglés. “Si algún día está implicado un autobús con niños veremos de quién es la responsabilidad”, comenta un vecino, mientras recuerda el tráfico de vehículos que se dirigen al hospital o a las diferentes urbanizaciones del entorno.
Conductores y residentes esperan desde hace más de 20 años la construcción de una rotonda que incluso está adjudicada aunque las obras no han comenzado debido a unos condicionantes impuestos por la Confederación Hidrográfica del Júcar por su afección a un barranco próximo. En junio se cumplirán tres años de la aprobación por parte del Ayuntamiento del Alzira del proyecto de expropiación forzosa de los terrenos para que la entonces Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad ejecutaran las obras.
La construcción de esta glorieta es un antiguo proyecto que apareció sobre el papel hace más de dos décadas y que en un principio corría a cargo de la urbanización proyectada en el entorno del monasterio de Aguas Vivas con más de 500 chalés, si bien el Ayuntamiento de Alzira acabó exonerando a la empresa urbanizado de la ejecución de la glorieta.
Tras varios cambios, el proyecto final situaba la rotonda a la altura de la carretera que accede al colegio inglés, a pocos metros de la actual entrada al monasterio de Aguas Vivas. Esta ubicación permitirá conservar los restos de la antigua estación del “trenet” que se localizan junto a la CVF-50, a la altura de la entrada del monasterio y, con un mismo enlace, resolver todas las intersecciones con esta carretera que actualmente resultan peligrosas.
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