L’Énova se queda sin varias ayudas ante la falta de secretario
La localidad no dispone de esta figura desde septiembre, aunque la plaza está vacante

Vista aérea de l'Énova, en una imagen de archivo. / Agustí Perales Iborra

L'Énova es uno de los municipios más pequeños de la Ribera. El censo poblacional apenas alcanza el millar de personas, mientras que su extensión no supera los 8 kilómetros cuadrados. La carencia de infraestructuras o de transporte dificulta la llegada de nuevos vecinos y vecinas a la localidad. Esto se traduce en la falta de trabajadores, tanto públicos como privados, destinados a acometer distintos trabajos o funciones en el municipio. Entre ellos, destaca la ausencia de un secretario-interventor para llevar a cabo las distintas tareas del consistorio.
El alcalde de la localidad, Tomás Giner, lanza un SOS ante la falta de esta figura en la localidad. L'Énova no dispone de secretario desde el pasado mes de septiembre, es decir, hace ocho meses. La situación, en palabras del alcalde, "resulta insostenible". Por esta plaza, ya han pasado varias personas, pero la búsqueda de mejores oportunidades ha comportado que la silla esté vacía en la mayoría de ocasiones. "Empezamos la legislatura con una secretaria provisional. Luego vino otra que le faltaba aprobar las oposiciones, pero terminó marchándose. Ahora no tenemos a nadie", lamenta.
Giner reconoce que es complicado que "decidan quedarse en el municipio". Sin embargo, tanto vecinos como trabajadores, hacen todo lo posible para retenerles. "Es difícil enseñarles todo lo que hay detrás de ese trabajo. Cuando aprenden, terminan yéndose", indica.
La ausencia de un secretario también complica al consistorio el acceso a subvenciones otorgadas por las distintas administraciones. En la mayoría de casos, son los secretarios los que se encargan de solicitar estas ayudas y aportar toda la documentación necesaria. Ahora es la persona que se encarga de la administración quien intenta acometer estas labores. "Ella es la que intenta pedirles, pero un pueblo tan pequeño como este subsiste gracias a estas subvenciones, que cuentan con unos plazos determinados a los que no solemos llegar", lamenta.
El consistorio, como explica el primer edil, ha decidido rechazar algunas de las subvenciones para centrarse en las que se encuentran en proceso. "Algunas de ellas las perderemos y son importantes. Ya hemos perdido alguna como la subvención para eliminar las barreras arquitectónicas", insiste. "La situación es complicada", reitera en varias ocasiones.
La plaza salió a concurso recientemente, pero "se quedó desierta". "Al ser un pueblo pequeño, tienen más carga, pero están peor pagados", indica. Sin embargo, el consistorio espera que la situación cambie y pronto puedan disfrutar de un nuevo miembro en el ayuntamiento, al cual seguramente recibirán con los brazos abiertos.
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