La familia de la desaparecida de Sollana ofrece 10.000 euros por pistas para su localización
Su entorno crea un perfil en redes sociales para compartir su ubicación y obtener más información

Imagen de Paquita, la vecina de Sollana, difundida en redes sociales. / Levante-EMV

La vecina de Sollana Josefa Estarelles Tronchoni fue vista por última vez el 30 de mayo de 2024. Este viernes se cumplirá un año de la desaparición de esta mujer de 79 años, a quien se le perdió la pista en Alborache aquella jornada.
Su familia no ha dejado de buscarla durante estos casi 365 días. Ahora ha decidido dar un paso más con el fin de encontrar su cuerpo y poder despedirse de ella como se merece. Su entorno ofrece una recompensa de 10.000 euros a aquella persona que encuentre su paradero o pueda aportar cualquier información viable que sirva a la familia y a las fuerzas y cuerpos de seguridad.
El entorno ha creado un perfil en redes sociales para informar sobre la situación. En él, aportan, a través de Google Maps, el punto exacto en el que fue vista por última vez y la descripción de Paquita. En el momento de su desaparición, Paquita vestía un pantalón vaquero gris, una camisa blanca y zapatillas platedas. También llevaba una gorra blanca y un reloj dorado en la muñeca.
Su familia espera que, con este nuevo paso, puedan estar más cerca de su paradero. "Queremos ampliar las posibilidades de encontrarla. Es una manera de que alguien que pueda tener información, se decida a darla", indican desde su entorno. Además, señalan que también puede ser "una vía de explorar lugares que nosotros no habíamos pensado durante estos meses".
Sus allegados, a su vez, no han dejado de organizar batidas y búsquedas durante todo este tiempo. Su hija Pepa reconocía hace unas semanas a este diario que, en sus palabras, "queremos encontrarla, aunque me cueste la vida".
Una decena de familiares se turnan cada semana y durante los días festivas para inspeccionar la zona en la que fue vista por última vez. Paquita se encontraba en una casa rural en Alborache. Antes de comer, decidió junto a otros dos familiares recolectar nectarinas. Durante la tarea, se perdió su pista. A pesar de gritar su nombre y buscarla por toda la zona, perdieron su pista.
La familia lamenta la falta de recursos para poder continuar con la búsqueda, aunque su fuerza y voluntad son mayores. A ello, se suma el coste económico con el fin de contratar drones o unidades caninas para reforzar el trabajo.
Centenares de voluntarios, por su parte, se han sumado a los distintos llamamientos realizados por su entorno para obtener cualquier pista a lo largo de estos doce meses. Actualmente, indagan en una zona más rural y difícil de acceder del término municipal de Turís. Un helicóptero sobrevoló este espacio hace un tiempo, pero ahora recorren este trayecto a pie. Además, decidieron, tras la dana, seguir el transcurso del río Magro por si la riada había podido desplazar el cuerpo.
La familia ahora vuelve a hacer un llamamiento, al tiempo que sigue buscando por distintas zonas. Esperan atentos que el teléfono pueda sonar pronto y, al fin, encuentren a Paquita.
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