El diseño de un canal antiinundaciones desbloquea la anhelada variante de Càrcer
La diputación asumirá la construcción en paralelo a la nueva carretera, mientras que Alcàntera, Càrcer y Cotes se comprometen a costear el mantenimiento

Reunión de los alcaldes con técnicos de la Diputación de Valencia. / Levante-EMV

La Diputación de Valencia y los ayuntamientos de Càrcer, Alcàntera del Xúquer y Cotes han dado un paso más para que la futura variante, que sirve como alternativa al tramo de la CV-560 que atraviesa los dos primeros municipios, sea una realidad lo más pronto posible. Los tres consistorios llevan casi 50 años reclamando una solución con el fin de encontrar una alternativa segura.
Los alcaldes de las tres localidades, los técnicos municipales y de la Diputación y los representantes de la empresa concesionario del proyecto han encontrado una solución a los problemas de inundabilidad que puede tener esta alternativa.
La redacción del proyecto básico recoge la construcción de un canal paralelo a la carretera, que desviaría el agua que proviene de uno de los barrancos de Alcàntera hasta el río con el fin de evitar embalsamientos durante episodios de fuertes lluvias. Según ha podido saber este diario, la Diputación se compromete a asumir los costes de construcción, mientras que los tres ayuntamientos costearán los trabajos de conservación. En un primer momento, se barajaba la laminación de la carretera para evitar problemas de inundación, aunque finalmente se ha optado por la construcción de este canal.
El alcalde de Càrcer, Tomás Lloret, ha valorado positivamente esta solución, ya que, en sus palabras, es «la más factible». Durante muchos años, los primeros ediles han reclamado esta variante con el fin de regular la cantidad de vehículos, sobre todo pesados, que provocan situaciones de inseguridad y peligrosidad para los usuarios. La futura variante servirá como alternativa al tramo de la CV-560, que discurre entre los kilómetros 6,2 y 8,8.
El trazado actual dibuja curvas a la salida del municipio de Càrcer, accesos directos de las calles colindantes en toda la travesía y la estrechez del puente existente sobre el río Sellent, con 4,5 metros de ancho, lo cual provoca que se impida el cruce simultáneo de vehículos de grandes dimensiones ocasionando situaciones de inseguridad y peligrosidad para los usuarios. «Es un proyecto ambicioso por el que llevamos muchos años peleando», insiste el primer edil, quien reclama que «se trace una alternativa para que el tráfico que discurre por el municipio circule por otro lugar». Lloret se muestra optimista y espera, en sus palabras, que «en 2027 el proyecto ya sea una realidad».
Por su parte, el alcalde de Cotes, Miguel Perucho, también agradece la predisposición de la Diputación. «Aún quedan muchas cosas por aprobar, pero ya hemos realizado varias reuniones y vamos avanzando», concluye.
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