Los daños psicológicos tras la dana: “Cuando llueve, mi hija se esconde detrás de la cortina”
Vecinos de una de las vías más afectadas de Algemesí reflexionan sobre las secuelas psicológicas

Perales Iborra

La calle Muntanya de Algemesí fue la primera vía a la que pudo acceder Levante-EMV tras el desbordamiento del río Magro el pasado 29 de octubre. Concretamente, este diario pudo entrar a esta avenida el 31 de octubre, cuando se habilitaron las vías de comunicación al municipio. La imagen de aquella jornada, y los siguientes días, fue desoladora, ya que esta calle había recibido gran parte del impacto del agua y el lodo, que llegó a alcanzar en algunos puntos cerca de dos metros de altura. Los vecinos y vecinas, con los rostros desencajados, limpiaban sus viviendas y retiraban todos los muebles y enseres que habían quedado inservibles. Casi un año después, la estampa es muy diferente. Las calles están limpias, los comercios han reabierto y las viviendas ya están rehabilitadas, aunque algunas se mantienen cerradas y todavía contienen la huella del barro.
Todo ha cambiado en esta calle, pero el miedo, el dolor y las secuelas psicológicas siguen presentes en muchos de los vecinos afectados por la riada. "Psicológicamente creo que he arrastrado la situación. Ha sido muy duro", reconoce Jorge Lorente, uno de los residentes de esta calle. El temor se puede ver en sus ojos, que, incluso, derraman alguna lágrima al recordar aquella tragedia y, sobre todo, cómo ha afectado a su familia. "Mi hija estuvo cinco noches que no dormía por las pesadillas. No podemos hablar de lluvias delante de ella porque lo pasa fatal. Cuando llueve, se esconde detrás de la cortina", lamenta.
La menor vio con sus propios ojos como el agua y el lodo anegaban la planta baja de su vivienda y se llevaban todos sus juguetes y recuerdos. "Estaba vigilando para que no entrara el agua, ya que cuando llueve, el alcantarillado no traga mucho. Subí arriba y, cuando me asomé por la escalera, me vi reflejado en el piso y me di cuenta de que entraba el agua", explica Lorente. Inmediatamente se asomó a la calle y vio como una ola de color marrón recorría la calle. Sólo le dio tiempo a avisar a su mujer y a su hija para que subieran a la segunda planta. "En poco tiempo, el agua ya alcanzaba la rodila. Intenté bajar a rescatar algunas cosas, pero no paraba de entrar agua y ya me llegaba a la axila", añade. En su caso, la riada alcanzó 1,60 metros de altura, por lo que arrasó con todo lo que había en la planta baja, donde también se encontraba el coche, e, incluso, colapsó la puerta. "El coche se estampó contra la puerta de la cochera y la puerta principal tenía barro, por lo que tampoco podíamos meter la llave. Estábamos desesperados porque no podíamos salir por ningún sitio ni llamar a nadie. Tampoco teníamos luz", recuerda con angustia. Gracias a la ayuda de vecinos y voluntarios pudieron abrir "un poco" la puerta de la cochera y salir a la calle para desplazarse a casa de unos familiares.
Ester Niclós, que regenta una farmacia en esta misma calle, también fue sorprendida por el agua aquella jornada. "Los compañeros no vinieron a trabajar, pero yo vine con mi marido para ver cómo estaba la situación. De repente, vi entrar agua de color marrón. Bajamos la persiana, pero seguía entrando", afirma. Junto a su marido, accedieron por una puerta interior a una vivienda situada encima del comercio. "Teníamos que salir porque la situación no mejoraba. Pasamos la noche arriba y al día siguiente vimos la situación. La escena era impresionante", insiste.
A pesar de todo lo vivido, la mujer agradece la ayuda y el cariño recibido por los voluntarios. Reconoce que todavía queda trabajo por hacer, pero "estamos satisfechos por haber superado este episodio". "Cuesta, pero estamos remontando", afirma con una media sonrisa.
Suscríbete para seguir leyendo
- El alcalde de l'Alcúdia denuncia la divulgación de un cartel de 'Se busca vivo o muerto' con su foto
- El alcalde de Cullera, tras el anuncio de dimisión de Carlos Mazón: 'Ni vergonya, ni cavaller...
- Alzira concentra la mayor desigualdad económica en pleno centro urbano
- El cartel de 'Se busca' con la foto del alcalde era una broma de Halloween, pedimos disculpas
- Arrancan las obras de la anhelada ronda que sacará casi 9.000 vehículos al día de Carlet
- La supresión de trenes por las obras irrita a los usuarios: 'Para un trayecto de 20 minutos sales de casa tres horas antes
- Así será la nueva plaza que Alzira dedicará al industrial Luis Suñer
- La Navidad recupera su brillo: Uno de los belenistas más importantes reabre su local en Algemesí