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85 años de devoción en el Raval de Cullera

Los vecinos conmemoran el aniversario de una fiesta que se ha celebrado de forma ininterrumpida desde 1940

Numerosos vecinos participaron en la conmemoración.

Numerosos vecinos participaron en la conmemoración. / Joan Gimeno

Joan Gimeno

Joan Gimeno

Cullera

Los festeros y festeras de Sant Antoni de Pàdua del Raval de Cullera celebraron un emotivo acto con motivo del 85º aniversario de sus fiestas, un homenaje cargado de historia, sentimiento y devoción popular.

El evento central tuvo lugar en la calle de Sant Antoni, donde se descubrió una placa conmemorativa que recuerda los 85 años de vida festiva dedicados al santo. Vecinos, antiguos festeros y autoridades locales acompañaron a la comisión actual en una jornada marcada por la emoción y el orgullo de pertenencia a uno de los barrios más emblemáticos de Cullera.

El alcalde con los vecinos tras destapar una placa conmemorativa del 85 aniversario de la fiesta.

El alcalde con los vecinos tras destapar una placa conmemorativa del 85 aniversario de la fiesta. / Levante-EMV

La devoción a Sant Antoni de Pàdua tiene su origen en el siglo pasado, cuando la imagen del santo llegó al barrio del Raval. En 1940, tras la Guerra Civil, la imagen —que había sido destruida— fue reconstruida gracias al esfuerzo y la fe de los vecinos y vecinas. Desde entonces, el barrio no ha dejado de celebrar sus fiestas, manteniendo sus costumbres con el paso del tiempo.

Inicialmente, las celebraciones tenían lugar en el mes de junio, pero con los años se trasladaron a octubre, coincidiendo con el regreso de muchos vecinos que trabajaban en la vendimia en Francia y aprovechaban ese reencuentro para rendir homenaje a su patrón y festejar juntos.

Este año, las fiestas se celebran bajo el lema “Mai oblidats, sempre presents” (“Nunca olvidados, siempre presentes”), un guiño al recuerdo de todas aquellas personas que, con su entrega y afecto, han mantenido viva la tradición.

Durante el acto, se puso de relieve el papel de las generaciones que han contribuido a preservar esta herencia festiva. En palabras de los organizadores, “celebrar 85 años de historia es también rendir tributo a quienes, con esfuerzo, ilusión y fe, hicieron posible que Sant Antoni siga siendo símbolo de unión y de identidad para el Raval de Sant Agustí”.

La jornada concluyó con un ambiente de hermandad y alegría, reflejo de una comunidad que sigue sumando historia, manteniendo la tradición y haciendo pueblo.

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