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Alzira gestionará el contrato de los trajes de las falleras mayores para evitar nuevas polémicas

El ayuntamiento estudia la fórmula legal para "capitanear" un proceso que recaía en la Junta Local Fallera y ajustar los precios "a la realidad del mercado"

Las falleras mayores y sus cortes, en los instantes previos a la proclamación.

Las falleras mayores y sus cortes, en los instantes previos a la proclamación. / P. F.

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Alzira

El Ayuntamiento de Alzira gestionará la contratación del proceso de confección de los trajes de las falleras mayores y sus cortes de honor a partir del próximo ejercicio para evitar que se produzca una nueva polémica como la que se originó la pasada semana tras cerrarse la exposición de indumentaria un día después de su inauguración al detectarse varios desperfectos.

Según explica a Levante-EMV la concejala de Fiestas, Gemma Alós, el gobierno municipal ya ha trasladado a los comercios del sector indumentarista y a la Junta Local Fallera su intención de "fiscalizar" el proceso. "Aún no sabemos exactamente cómo será, pero sí que estará capitaneado por el ayuntamiento", asegura.

El consistorio no descarta que se realice una licitación, como ocurre con cualquier otra contratación pública, aunque la fórmula está todavía por decidir. "Estudiaremos cuál es la mejor manera, pero desde luego queremos estar más encima del proceso. Ha quedado demostrado que el concurso, incluso con las modificaciones implementadas, no funciona. Cuando hay subvenciones de por medio, el ayuntamiento pierde el control y su capacidad de fiscalización. Así que veremos cuál es la forma de hacerlo con todas las garantías legales", defiende la concejala.

El proceso de confección de los trajes de las falleras mayores y sus cortes ha generado no pocas polémicas. La más reciente se produjo hace solo una semana. La Junta Local Fallera cerró la exposición de indumentaria al día siguiente de su inauguración, y a pocos días de la proclamación, tras detectarse varios desperfectos, que las propias representantes de la ciudad decidieron subsanar por su cuenta. La empresa encargada, Gresa, reconoció la existencia de errores, pero también se comprometió a hacerse cargo de cualquier reparación o remiendo de las vestimentas hasta el 19 de marzo. Con todo, atribuyeron parte del problema a las condiciones impuestas por la JLF: "El resultado habría sido mucho mejor si nos hubiesen dejado trabajar como nosotros sabemos", manifestaron los indumentaristas.

Por el camino, una doble convocatoria de asamblea con los presidentes de las comisiones de la ciudad para explicar lo ocurrido. Ni se llegó a producir. La primera, el jueves, se suspendió una media hora antes de su celebración a petición de la concejalía de Fiestas. La segunda, prevista el viernes, no se celebró ante el plantó de los presidentes a la junta en señal de protesta por la cancelación repentina del día anterior.

Para evitar una nueva polémica, el consistorio quitará a la JLF de la ecuación. "Durante los últimos años, los comercios de Alzira no han participado y tampoco nos parece muy normal. Si finalmente se optara por una licitación, nos encargaremos de explicarles cómo pueden optar y veremos si podemos incrementar la partida para ajustar los precios a la realidad del mercado", expone Alós, que añade: "Pero lo más importante es que recaerá todo en el ayuntamiento, ya que es un regalo de Alzira a las falleras mayores y sus cortes y se hace con dinero público". Con todo, la concejala manifestó también su voluntad de que las falleras puedan elegir el color.

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