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Gritos de "Mazón dimisión", 229 velas por las víctimas y reencuentro de los vecinos de una calle de Algemesí

El municipio se suma a la jornada de homenajes con motivo del primer aniversario de la catástrofe

229 velas por las 229 víctimas.

229 velas por las 229 víctimas. / Agustí Perales Iborra

Saray Fajardo

Saray Fajardo

Algemesí

El silencio ha invadido durante gran parte de la tarde las calles de Algemesí. El recuerdo todavía sigue muy presente entre todos los vecinos y vecinas de esta localidad, que ha conmemorado el primer aniversario de la dana con una misa en homenaje a las 229 víctimas. La basílica de Sant Jaume se ha llenado de centenares de personas que se han congregado para celebrar que, por suerte, siguen vivos. Sus rostros reflejaban la tristeza de quienes perdieron gran parte de sus recuerdos en cuestión de minutos.

El dolor y las lágrimas sólo han sido interrumpidas por los gritos de "Mazón dimisión" a las puertas de la basílica de Sant Jaume, minutos antes de que el alcalde de la localidad, José Javier Sanchis (PP), y el resto de la corporación se dirigieran al Museu Valencià de la Festa para realizar el acto institucional en homenaje a las 229 víctimas de la dana, cuatro de ellas vecinas de Algemesí, y a todos los afectados por el desbordamiento del río Magro. Unas cincuenta personas han aprovechado la salida del ejecutivo local para reclamar la dimisión del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, acompañados del ruido de las cazuelas y los pitidos.

La lluvia ha vuelto a ser protagonista durante parte de la tarde, como ya lo fue hace un año. El cielo también lloraba a todas aquellas personas que se fueron demasiado pronto como consecuencia de la catástrofe. A pocos metros, en el claustro del Museu Valencià de la Festa, 229 cirios recordaban a las 229 personas que se llevó la riada. Los presentes rememoraban con emoción aquellas vivencias, que han sido recogidas en un vídeo, que se ha mostrado en este espacio como símbolo de homenaje y resistencia. Al fondo, se podían observar algunas imágenes de los voluntarios que se volcaron durante esos días o fotos recuperadas gracias al proyecto "Salvem les fotos".

Protesta bajo la lluvia contra Mazón en Algemesí

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Vídeo: Perales Iborra

Acompañados del sonido de un violín, las imágenes reproducidas en el vídeo mostraban que la riada "ha dejado una herida profunda en Algemesí". "El Magro se salió y la fuerza de sus aguas arrasó espacios que forman parte de nuestra identidad. Vivimos angusta por la tarde provocada por el anuncio del desbordamiento. Los peores presagios se cumplieron", anunciaba una voz mientras se mostraban calles llenas de barro y coches apilados.

El drama daba paso a la esperanza con la llegada de miles de voluntarios. "En medio de la devastación hemos visto renacer la solidaridad que nos caracteriza. Es el momento de hacer memoria y de reconocer todo el camino", concluía esa dulce voz, a la vez que recordaba a "un pueblo que se levantó del agua".

Los vecinos de la calle Fusters se reúnen para rememorar la jornada.

Los vecinos de la calle Fusters se reúnen para rememorar la jornada. / Agustí Perales Iborra

Este no era el único homenaje que se rendía en la ciudad. A pocos metros, en la calle dels Fusters, los vecinos y vecinas se concentraban para rememorar aquella jornada. Lo hacían acompañados de velas por los que ya no estaban, una senyera con el crespón negro y el sonido de fondo del "Virolai a la Mare de Deu de la Salut" y el himno regional. "Nos hemos reunido para recordar lo que sufrimos ese día", explica Emilia Ferragud, una de las afectadas de esta vía, donde el agua alcanzó 1,40 metros de altura y que lamenta que "a las 18:30 h el agua ya estaba en sus casas". Señala que en esta calle reside mucha gente mayor, que ya vivió la riada de 1957 y la pantanada de Tous de 1982, por lo que, cuando pudieron, se asomaron al balcón para "contar que todos estuviéramos bien".

Gritos de Mazón dimisión.

Gritos de Mazón dimisión. / Agustí Perales Iborra

"El sonido del agua parecía las Cataratas del Niágara. Sufrimos muchos desperfectos, pero estamos aquí y queríamos recordar ese día", insiste. Sin embargo, ellos sonríen porque están todos. Se sienten afortunados a pesar de todo lo vivido. "Nos hemos dado cuenta de la importancia del vecindario", concluye.

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