«Jaume I falleció en València, pero es bueno que Alzira conserve la tradición oral porque la relación fue muy estrecha»
El historiador Vicent Baydal ensalza el vínculo de la capital de la Ribera Alta con el monarca y destaca que es una de las pocas ciudades en las que construyó una casa y pasó etapas incluso de meses
También destaca la relación de la familia de Joanot Martorell con el municipio

Vicent Baydal, durante la conferencia ofrecia este viernes en el salón noble del ayuntamiento. / Pascual Fandos

El historiador y cronista oficial de València, Vicent Baydal, ha reiterado que la teoría que afirmaba que el rey Jaume I murió en Alzira durante su visita a la capital de la Ribera Alta ha quedado recientemente descartada. En una ponencia, enmarcada en la agenda de actos programados para conmemorar el 750 aniversario del monarca y dentro de las jornadas culturales de los premios literarios Ciutat d’Alzira, Baydal ha realizado un repaso a la importante relación entre el Conqueridor y la conocida como ‘Isla del Xúquer’.

El público lleno el salón noble del ayuntamiento. / Pascual Fandos
La conferencia, titulada «El rei dels valencians i Alzira», arrancó, no obstante, mucho antes de ese vínculo. El historiador recordó, en primer lugar, el origen de la ciudad musulmana, fundada a mediados del siglo IX «para controlar la gran riqueza agraria generada por las tribus bereberes y la zona de la ribera del Xúquer», pues representaba «una posición estratégica entre València y Xàtiva».
Centrado en materia, Baydal repasó las visitas del monarca a la capital ribereña, que fueron más de una docena, con algunas estancias que se prolongaron durante meses. «De hecho, fue una de las pocas ciudades donde ordenó construirse una casa. Cuando el monarca se desplazaba o realizaba visitas, lo habitual era que se hospedara en algún palacio prestado, pero esto ya evidencia la relación estrecha que tenía con Alzira».
Un hijo alzireño
Una de ellas, tal y como apuntó el historiador, le aportó descendencia. Fue en el año 1261, cuando mantuvo una relación extramatrimonial con una mujer de nombre Ginesa. Meses más tarde alumbró a un niño, Ferran, que sería nombrado abad de Montearagón por su hermanastro años más tarde.

Baydal, con el alcalde y los concejales de Cultura y Patrimonio, antes de la conferencia. / Pascual Fandos
Tal fue la consideración que tenía de la ciudad que, en un momento de crisis con su hijo Pere, acogió unas Cortes Generales que buscaron una solución al conflicto. «En aquel momento, Alzira fue capital política de toda la Corona de Aragón. Llegaron nobles, abades y obispos de todo el reino», apostilló Baydal.
Uno de los puntos más relevantes, dado el tema y el lugar, fue el de la muerte de Jaume I. Existe una corriente extendida entre historiadores e investigadores locales que ha defendía que el rey de los valencianos falleció en Alzira. Baydal, que veía posible hasta no hace mucho esta hipótesis, lo descartó: «Murió en València, así lo dice la crónica de Muntaner, pero hay más pruebas. Otras crónicas que han dicho lo contrario, pero se equivocaban en otras muertes y también en esta. Es más, como apuntaba hace poco Mateu Rodrigo, se han hallado documentos que el propio rey firmó el mismo día de su muerte y estaban datados en València».
Testamento
Con todo, el historiador, lejos de polemizar, invitó a mantener viva la tradición local, al considerar que forma parte de la propia identidad del pueblo alzireño. Es más, subrayó que esta cuestión no le resta relevancia histórica a la ciudad ni a su vínculo con la ciudad, pues en ella pasó su último mes de vida, «a excepción de sus dos últimos días», y entre sus muros, rodeado por el Xúquer, abdicó y realizó su testamento. Uno en el que especificó que en caso de fallecer allí «quería ser enterrado en Santa María, antes de que sus restos se llevaran a Poblet».
A lo largo de la conferencia, Baydal también aportó algunos detalles menos conocidos de la historia de la ciudad durante el reinado de Jaume I. Por ejemplo, habló sobre la figura de Al-baqqar, uno de los primeros rebeldes que atacó la ciudad tras la conquista del bando cristiano. «Se hizo fuerte en el Benicadell y realizó varias incursiones allá por el año 1246, pero fue emboscado. Fue capturado y sentenciado a muerte, eran pocos los alzireños que no habían perdido un familiar durante sus ataques», explicó. De igual modo, situó en la ciudad un vínculo con el célebre escritor Joanot Martorell: «La familia, de origen catalán, se instaló en Alzira antes de que algunos de sus miembros se marchasen a Gandia. De hecho, fue una familia de caballeros muy importante de Alzira», aseguró.
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