La iniciativa surgió de la concejalía de Agricultura. El ayuntamiento confía en que esta medida ayude a reducir la siniestralidad en el campo, visto que, ante la imposibilidad de las fuerzas de seguridad para cubrir tanta extensión de terreno, se ha convertido en un blanco fácil para los que buscan cobre, metal, gasoil o, directamente, la propia fruta.
De hecho, los daños producidos por estas fechorías suelen ascender a miles de euros y, pese a que los seguros agrariossuelen cubrirlos suponen una auténtica molestia para los agricultores, en tanto que o bien se retrasa el trabajo o pierde la producción que llevan a cabo de todo el año.t. á. c. gandia