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La diputación pone fin al riesgo de desprendimientos en el Tossal de la Font

El alcalde, Gaspar Pérez, dice que los vecinos estaban intranquilos La inversión es de 34.860 ?

La diputación pone fin al riesgo de desprendimientos en el Tossal de la Font

La Diputación de Valencia, a través ha invertido un total de 34.860 euros en la urbanización del Tossal de la Font d'en Carròs, donde se han llevado a cabo trabajos para evitar despiendimientos de rocas, que suponían un peligro para los vecinos.

Se trata de la segunda actuación de este tipo que el ente provincial lleva a cabo en la comarca después de los que se han realizado en Ador y que, en este caso, evitan que las piedras lleguen hasta las pistas del polideportivo municipal, un problema que se repetía en ese municipio desde hacía décadas.

El diputado provincial de Medio Ambiente y alcalde de Beniarjó, Salvador Enguix, ha visitado las obras que ha subvencionado en un 92,5 % la diputación dentro del programa Eliminación de Riesgos Geológicos.

Concretamente, las obras que se han realizado en la Font han consistido en la tala de un pino que prsentaba riesgo de caída y que se encontraba situado en la parte superior del talud. Igualmente, se ha llevado a cabo un saneamientgo de la montaña y se ha instalado una malla de triple torsión, reforzada con una red de cable de acero de 360 metros cuadrados anclada mediante bulones de tres y seis metros de profundidad.

En este sentido, Enguix explicó que la problemática de los riesgos geológicos se centraba en que esta zona estaba sufriendo desprendimientos, lo que suponía un peligro para los vehículos que transitaban por el camino anexo al talud y para los peatones y vecinos de la zona.

«El alcalde de la Font [Gaspar Pérez] vino a la Diputación a solicitar ayuda para financiar el proyecto», apuntó el responsable provincial.

Por su parte, Pérez, que ha acompañado a Enguix en su visita, ha agradecido a la Diputación de Valencia su ayuda para evitar que los desprendimientos pudieran haber causado algún daño. «Con esto acabamos con un grave problema puesto que esta zona acoge cerca de 500 viviendas y el flujo de gente es continuo», recordaba el primer edil, quien dijo que «los vecinos no estaban tranquilos porque tenían miedo de derrumbe sobre todo en periodos de lluvias».

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