A mediodía del pasado domingo, dentro de los actos de Santa Cecilia, La Rotovense Musical puso la primera piedra de su futuro local de ensayos y actuaciones. Se trata de una larga aspiración de la histórica banda que ahora, en un acto simbólico y emotivo, ha empezado a convertirse en realidad.
El acto se inició al son de la conocida canción de Jaume Sisa, «Qualsevol nit pot sortir el sol», que precisamente habla de la voluntad de convertir los sueños en realidad. A través de un comunicado, la banda rotovense indicó que esa melodía sonó «como símbolo de la esperanza que tanto La Rotovense Musical como toda la población rotovina tiene en este futuro local», y añadió que se trata de un auditorio «que no solo servirá para la banda sino que dará un gran servicio muy necesario para toda la población».
La secretaria de la sociedad M. Àngels Faus, y el presidente, Carles Peiró, leyeron el acta de colocación de la primera piedra y explicaron los elementos que se colocaron dentro de la urna que quedó enterrada en el solar. En el recipiente están el acta de la compra de la parcela, una copia del manuscrito del himno de la banda, monedas y los periódicos del día, entre ellos Levante-EMV. También se introdujo una foto de la fundación de esta sociedad, hecho que ocurrió en 1951. Dirigiéndose a los asistentes la secretaria invitó a los presentes a introducir algún recuerdo para la posteridad, que también se puso en la urna. Algunos miembros de la banda aportaron escritos o fotografías. Muy curioso fue la aportación de un babero de un recién nacido, otro símbolo de la vida por delante que tendrá el edificio que ahora empieza a construirse.
Tras el concierto en honor a Santa Cecilia y la primera piedra del local, la fiesta terminó con una comida como cierre de los actos a la patrona de la música.
