«el gobierno de las damas»

«el gobierno de las damas»
Ricardo B. Morant
José Miguel: De nuevo lo has conseguido. Si Los Hemisferios de Magdeburgo era un análisis joven, y sin embargo profundo, de la toma de conciencia social de un adolescente, en El Gobierno de las Damas vuelves a abordar el tema de la condición humana y las relaciones sociales, pero ahora desde el punto de vista de un escritor maduro que deconstruye los dilemas sociales de nuestra época con exquisita agudeza y mordacidad.
Todos los edictos de El Gobierno de las Damas tienen como objetivo corregir problemas de gran trascendencia —la desigualdad entre hombres y mujeres, la cambiante posición de la sociedad ante la homosexualidad, las relaciones sexuales, el sexo en el matrimonio, el liderazgo de las mujeres en la jerarquía eclesiástica, la tolerancia ante las nuevas ideas, etc. Y el Gobierno promueve estos cambios con gran determinación. ¿Quién sino podría haber imaginado sustituir los autos de fe como espectáculos públicos por narraciones de historias fantásticas de las diferentes culturas que convivían en Valencia? En Siria, el Estado Islámico debería prestar atención a este mensaje. A largo plazo una historia convincente es más eficaz que la decapitación para influir en la conducta del público.
Sin duda, dotas las aventuras de tus personajes de una exageración extrema: la larguísima vida de Suzanne Schuller Piroli (¿no te preocupa que te demande por no incluir su nombre en tu lista de personajes principales?); la sofisticación de Huarte de San Juan, asesor sexual que a la luz de una vela descubre a Ausias March el itinerario exacto para alcanzar el punto G... La lista de hipérboles que recoge tu libro sería interminable. Lo cierto es que funcionan y que son una característica central de tu escritura. A través de la exageración consigues crear una visión extravagante del problema que analizas, de forma que este queda perfectamente perfilado y destacado del fondo.
Tu talento para llegar al núcleo de un problema a través de la fantasía y la hipérbole es portentoso, especialmente porque consigues hacerlo en clave de humor. Caricaturizas las situaciones pero de forma incisiva y satírica en el sentido que da Horacio a la sátira: «decir la verdad riéndose». Expones las verdades profundas eliminando argumentos superfluos y subrayando su esencia con hilaridad.
Tu técnica para caricaturizar las costumbres sociales responde a la máxima de Aristóteles que afirma que «el arte opera, no imitando lo que crea la naturaleza, sino imitando el modo en que ésta lo hace». Intentaré ilustrar esta afirmación con un ejemplo que hace referencia al mundo real de las gaviotas que sobrevuelan la playa de Gandia.
Nuestra comprensión de cómo ven el mundo las gaviotas se basa en las investigaciones sobre el comportamiento animal de los etólogos Niko Tinbergen y Konrad Lorenz. Su estrategia era muy sencilla. Imaginemos que quieres saber lo que significa un huevo para una gaviota. En primer lugar, tendrás que identificar cómo reacciona la gaviota ante sus propios huevos y a continuación diseñar huevos artificiales de distintos tipos y ver cuál de ellos provoca la misma reacción que el huevo real. Veamos un ejemplo. Tras poner un huevo, la gaviota se sienta sobre él para empollarlo. Si por algún motivo el huevo se cae del nido, la gaviota intentará volver a ponerlo en su lugar arrastrándolo con el pico. Tomando varios huevos falsos hechos con papel maché de diferentes formas, colores, texturas y tamaños y colocándolos alrededor del nido junto al huevo real podremos determinar cuál de ellos intentará recuperar la gaviota para seguir empollándolo.
Los resultados son increíbles. Las gaviotas prefieren los huevos falsos que exageran la coloración moteada del huevo real, aunque el falso sea cinco veces más grande que el real. La exageración de los rasgos constituye un estímulo mucho más potente para la gaviota que el huevo real. ¿Qué tiene que ver todo esto con el Arte? Sin duda es la esencia de las Artes Plásticas. Ernst Gombrich en su libro Arte e ilusión concluye que la pintura de un paisaje nunca puede confundirse con la ventana que se abre ante ese mismo paisaje; una representación en dos dimensiones no puede ser una imitación exacta de una realidad tridimensional. Sin embargo, defiende la tesis de que la pintura puede provocar en el espectador respuestas similares a las que produce la cosa real. Desde esta perspectiva, al igual que sucede con el huevo y la gaviota, la representación de un objeto puede hallarse incluso más cercana al objeto que el objeto en sí. Y eso es precisamente lo que caracteriza tu extraordinario arte literario. En El Gobierno de Las Damas exageras los parámetros de los problemas para llegar a su esencia, combinando de forma magistral Arte, Naturaleza e Ilusión. Gracias por una lectura tan inspiradora.
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