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Un altar permanente para el Santísimo

El arzobispo Cañizares abre la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua en Santa Clara de Gandia

Un altar permanente para el Santísimo

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, presidió en la tarde de ayer, viernes, el acto de inauguración de la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua de Gandia, que está ubicada en el monasterio de Santa Clara, regido por la orden religiosa de las franciscanas clarisas.

El acto de apertura estuvo precedido por celebración de la eucaristía presidida por el cardenal Cañizares en la Colegiata de Gandia y, a continuación se celebró el traslado, en procesión, del Santísimo Sacramento por las calles del centro de la ciudad que separan la Seu del monasterio de las clarisas. El corto itinerario estaba sembrado de murta, y muchos fieles lanzaron pétalos o se arrodillaban al paso de la custodia, entre el olor a incienso que se iba difundiendo.

La Capilla de Adoración Eucarística Perpetua de Gandia es un lugar en el que poder orar a cualquier hora del día o de la noche ante el Santísimo Sacramento, y cuenta con 350 voluntarios. Según señala Eduardo Mahiques, coordinador de la capilla, hay que aumentar todavía más ese número para cubrir los turnos de la madrugada y los de los fines de semana.

La tercera de la archidiócesis

La de Gandia es la tercera capilla de Adoración Eucarística Perpetua abierta en la archidiócesis de Valencia, después de la inaugurada en 2012 en la iglesia de San Martín Obispo y San Antonio Abad de la capital, y la de Alzira en 2014, que está situada en la parroquia San Juan Bautista. En toda España hay 33 capillas de adoración permanente.

Al acto celebrado ayer acudieron numerosos devotos de la ciudad, así como representantes de las instituciones. El cardenal Cañizares fue recibido en la plaza Major por el alcalde, Arturo Torró, quien le expresó su deseo de que subiera a la planta noble del ayuntamiento y firmara en el libro de honor de la ciudad, algo a lo que el purpurado accedió. Tanto allí como durante la misa en la Colegiata, que estaba llena de fieles, monseñor Cañizares expresó su cercanía hacia esta ciudad.

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