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Altruismo contra incendios

Una veintena de voluntarios forma la Asociación contra Incendios Forestales de la Safor, entidad sin ánimo de lucro creada recientemente para ayudar a los efectivos que participan en la extinción de un fuego, sin suplantarlos La ACIF de la Safor busca nuevos socios para sus actividades

ALGUNAS DE LAS ACTIVIDADES que ha realizado hasta ahora ACIF la Safor en su corta vida. yPrácticas para manejar una manguera de Bomberos, en unas jornadas divulgativas junto al Centre Social de Marxuquera, en agosto de 2014. Los voluntarios insisten en que no pretenden suplir a los organismos oficiales, sino ayudarles y estar a sus órdenes.Salvador Palomares, bombero forestal de profesión y presidente de ACIF.Voluntarios de ACIF en la prueba deportiva Mondúber Ultra Trail, una ascensión organizada en noviembre de 2014 por los ayuntamientos de Xeraco, Xeresa y la Mancomunitat de la Valldigna.Instrucciones para conducir un camión de Bomberos. f acif la safor Levante-EMV

Hasta hace unos veinte años, ante un incendio forestal grave que amenazara un término municipal, no era extraño que los ayuntamientos, especialmente de pueblos pequeños, emitieran bandos y pidieran ayuda a los vecinos más experimentados para que colaboraran en apagarlo con los aparejos que buenamente pudieran. Este tipo de imprudencias y llamamientos a la desesperada ya forman parte del pasado, gracias a la mayor inversión pública en los medios de extinción de incendios, así como la profesionalidad de los efectivos que trabajan para las diferentes instituciones.

Sin embargo, siguen existiendo personas que sienten la necesidad de sentirse útiles y ayudar en lo que haga falta ante un incendio forestal, sin ser por ello bombero, brigadista o agente medioambiental. Para no poner en riesgo su integridad física están las Asociaciones Contra Incendios Forestales (ACIF), organizaciones enfocadas a la extinción y prevención de incendios forestales, y a la protección del medio ambiente.

Los miembros de estas entidades ACIF, siempre coordinados y bajo las órdenes de los organismos oficiales, se presentan de forma altruista allí donde existe un incendio forestal, equipados con medios técnicos propios. Tanto los gastos de su equipación como los que se generan en el siniestro los sufragan de su propio bolsillo y de pequeñas subvenciones de instituciones públicas o de la iniciativa privada, mecenazgos y particulares, en el caso de que las reciban.

Durante el tiempo en el que no hay incendios, las entidades ACIF enfocan sus prioridades a la reforestación y a la preparación contra próximos sucesos, mediante cursillos y actividades de formación, tanto teórica com práctica.

Se trata de un movimiento comenzó en Cataluña. En la Comunitat Valenciana, la ACIF más veterana e inspiradora de las demás asociaciones de este tipo es la de Alcoi, que se creó en 1991. Aunque al principio los voluntarios de l'Alcoià carecían de los conocimientos fundamentales para actuar en un incendio, en la actualidad es un grupo que ha demostrado una seriedad y una eficacia reconocida por los estamentos oficiales. Otras parecidas están en Dénia, Bocairent y Torrevieja.

En la Safor un grupo de jóvenes concienciados con la protección del monte creó en agosto del año pasado ACIF la Safor, sobre todo tras los devastadores incendios de 2012 y 2013 que arrasaron más de 3.000 hectáreas en los términos de Benicolet, Llocnou de Sant Jeroni, Ròtova o Terrateig. Su presidente es Salvador Palomares, que sí ejerce profesionalmente como bombero forestal.

«La ACIF de la Safor quiere tener a su asociación madre de Alcoi como referente en todos los aspectos», explica Palomares, y aclara: «No pretendemos suplantar a los medios esenciales de intervención, sino ser una ayuda cuando estén desbordados». Otras labores que realiza son la vigilancia preventiva de incendios, charlas informativas a colectivos interesados, silvicultura preventiva, o repoblación en zonas afectadas.

Actualmente el grupo está formado por una veintena de personas, de diferentes localidades. Les une su espíritu voluntario y su interés por la naturaleza. Algunos están buscando un empleo, y esta es una forma de adquirir unos conocimientos relacionados con la materia, como aprender las nociones básicas sobre comunicaciones, primeros auxilios, cómo se maneja una manguera o cómo se conduce un camión autobomba entre agrestes caminos y pistas forestales.

Precisamente, ACIF la Safor está buscando nuevos miembros, y ha convocado un proceso de selección. Este consistirá en unas pruebas que se realizarán en el polideportivo de Gandia, primero unas teóricas el 21 de marzo y otras prácticas en abril. El requisito para presentarse es ser socio activo de la entidad, que tiene una cuota anual de 30 euros. «Superar estas pruebas es necesario para ser socio, precisamente por la peligrosidad que implican algunas de las labores que hacemos», explica Palomares.

Lo que todavía no tiene la ACIF de la Safor es ninguna subvención pública. «En Gandia se lo hemos propuesto al ayuntamiento, pero nos dicen que no hay dinero», se lamenta Palomares. La ACIF de la Safor se presentó «en sociedad» durante la pasada Fira i Festes, en una muestra de asociaciones que se montó en el paseo Germanies, y allí recibieron la visita de autoridades municipales.

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