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Triste adiós de fallas mojadas

Gandia suspende la mascletà y la procesión debido a la lluvia, que arruina el ambiente de calle en el último día de la fiesta - Varias comisiones, como la del Mercat o Lluís Belda, incluso adelantaron la «cremà» infantil, que ardían a las 20 horas

Triste adiós de fallas mojadas

Las fallas de 2015 en la ciudad de Gandia se han tenido que despedir con más tristeza que otros años. La temida lluvia, casi el único elemento que es capaz de arruinar un calendario de actos siempre pensado para disfrutarse en la calle, se mantuvo durante toda la mañana de ayer y seguía amenazando por la tarde, de manera que echó al traste la jornada de Sant Josep, la que cierra el ciclo fallero.

Aunque en algunos barrios se escuchó el ruido de las despertades, el ritmo fue del todo distinto al de otros años. Hubo pocas bandas de música por la calle y se echaron en falta los «esmorzars» al aire libre, con ese inconfundible olor a carne y embutido a la brasa. El ambiente obligó a refugiarse sin salir de las carpas o los casals, lo que redujo, o directamente anuló, el panorama de un día normal de Sant Josep.

En esa situación, la Federació de Falles y el Ayuntamiento de Gandia anunciaron en primer lugar que la «mascletà» de las 14 horas quedaba suspendida. Razones de seguridad mandan cuando se usa mucha pólvora y acuden cientos de personas, pero también se era consciente de que, bajo la lluvia, la afluencia de público iba a quedar muy mermada.

Casi al mismo tiempo se anunció que tampoco se haría la procesión de la tarde. El párroco de Sant Josep, Priscilio Ruiz, dijo que no podía poner en riesgo la integridad de la imagen del patrón, que es antigua, y las predicciones meteorológicas anunciaban más agua, aunque después no se cumplieron y todo quedó en una amenaza constante de lluvia, con cielo gris y encapotado. En vez de procesión, se optó por organizar una merienda festiva en la Casa de la Marquesa a la que asistieron las falleras mayores, Maria Bernabeu y Claudia Gasque, sus cortes de honor y la Junta Local.

Lógicamente, para ser una tarde del 19 de marzo, la ciudad era irreconocible, aunque a medida que pasaban las horas y no llovía, muchos optaron por intentar dar una imagen de normalidad en medio de la adversidad meteorológica y hubo grupos de música que animaban a grupos de falleros en las horas previas a la «cremà».

Tan insólito panorama, sin los actos que reúnen a todos los falleros, incluso hubo comisiones que, como queriendo acortar esta jornada triste, adelantaron el encendido de las fallas infantiles y así disponer de más tiempo para la cena y acudir, puntuales, al ceremonial de la «cremà» de los monumentos grandes.

Entre estas comisiones estuvo la de la Plaça del Mercat, que poco después de las 19 horas ya estaba preparando todo el dispositivo del fuego. Tres cuartos de hora después, en medio de una gran expectación de personas que se agolpaban en las vallas protectoras, la «falleta» desapareció envuelta en llamas. Era la primera de la noche. Minutos después se consumía la de Passeig Lluís Belda.

El ceremonial se repitió alrededor de las 21 horas en el resto de las fallas infantiles de la ciudad, y antes de las once de la noche los bomberos y los equipos de Protección Civil de Gandia se disponían a controlar el encendido de los monumentos mayores porque la previsión era terminar a la 1 de la madrugada para prender fuego a la de la plaza del Prado, la ganadora de la sección Especial.

Al margen de las consecuencias lógicas de la lluvia, durante la madrugada de ayer jueves se tuvo que suspender la verbena que se estaba desarrollando en la plaza del Tirant lo Blanc, en la que disfrutaban cientos de personas. La Policía Local tuvo que desalojar ese espacio debido al evidente peligro de que se produjera algún percance con el sistema eléctrico que alimentaba el espectáculo, dado que se trata de miles de vatios de potencia.

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