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Ni hospital nuevo, ni viejo

La apertura del centro sanitario de Gandia a ingresados vuelve a retrasarse y satura otros hospitales - Las operaciones quirúrgicas desprogramadas prolongan la lista de espera a cientos de personas

Ni hospital nuevo, ni viejo

Los problemas y los imprevistos derivados del traslado del viejo hospital Francesc de Borja de Gandia al nuevo edificio situado en el polígono de Sanxo Llop ya está generando perjuicios de consideración no solo a los pacientes de la comarca de la Safor, sino también a los de otras zonas.

Según el plan de traslado que elaboró la Conselleria de Sanidad, desde hace más de una semana el nuevo hospital debería contar con enfermos ingresados, pero la fecha para llevar a cabo esa operación ha sido pospuesta varias veces y en estos momentos se apunta al sábado de la próxima semana.

Eso ha generado una situación insólita, con un viejo hospital que funciona en niveles mínimos y uno nuevo que no puede atender a quienes ya deberían estar ingresados allí.

Las consecuencias son muchas, pero entre las más importantes está la prolongación de la lista de espera quirúrgica para cientos de pacientes de la comarca que deberían haber sido operados bien en el viejo hospital o bien en el nuevo. Desde hace semanas las intervenciones programadas se han aplazado, dado que los quirófanos del viejo centro funcionan únicamente para casos de urgencia y los del nuevo aún no están montados.

En segundo lugar, en vez de ocupar el nuevo hospital, los pacientes del Área de Salud de Gandia siguen derivándose a otros centros sanitarios, lo que ha contribuido a colapsar la atención. Según señalan pacientes a Levante-EMV, esta situación se ha hecho especialmente visible en el hospital de la Marina, en Dénia, ciudad a la que se ha derivado a muchas personas. Hospitales de Valencia y los de Ontinyent, Xàtiva, Alzira y Alcoi también han sufrido la situación, llegando algunos días a picos de colapso.

Paradójicamente, el personal médico de Gandia sigue en el viejo centro cuando apenas existen unas treinta personas ingresadas, de manera que, al no poder trasladarse el nuevo edificio, se está desaprovechando una plantilla que, si las cosas hubieran ido bien, hace días que estaría atendiendo a sus pacientes y realizando operaciones.

Un barco llegado de China

La Conselleria de Sanidad informó a mediados de marzo que el 29 de ese mismo mes trasladaría a todos los ingresados desde el viejo hospital hasta el nuevo. El primer aplazamiento se produjo, según señaló el conseller Manuel Llombart, porque se había retrasado el barco procedente de China con el material necesario para la apertura de los quirófanos.

Después se informó al personal sanitario que ese traslado se llevaría a cabo durante este fin de semana, pero ahora la fecha señalada en el calendario es el día 11.

Lo que queda claro es que la Generalitat quiere que este emblemático edificio, buque insignia de la atención sanitaria para un área en la que viven casi doscientas mil personas, esté en funcionamiento antes de las elecciones.

Nunca los responsables de la Administración han reconocido que quieran intentar mostrar a la ciudadanía esa inversión de casi cien millones de euros, pero en privado nadie oculta que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y también el alcalde de Gandia, Arturo Torró, deseaban difundir esa apertura como un logro histórico de la Administración autonómica del PP.

La ley ya impide «hacerse la foto» porque las elecciones municipales y autonómicas están convocadas, pero, como señaló el alcalde gandiense, todavía es posible que los políticos realicen una «visita a las instalaciones», lo que supondría, de hecho, una inauguración camuflada.

Precisamente el traslado de un hospital a otro en plena precampaña electoral ha sido motivo de polémica política y sindical. Médicos y representantes del personal criticaron en su día que se buscara el rédito en votos a la hora de programar la apertura del nuevo edificio y solicitaron que se esperara a después de abril o mayo, cuando ya ha pasado el riesgo de epidemia de gripe y generalmente se reduce el número de pacientes atendidos. La Generalitat respondió que todo está planificado debidamente, que no hay ningún riesgo para los pacientes y siguió adelante con su programa.

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